¿Me van a dejar amar? [Presente MVDH #2]

Capítulo 5: "Patada en el culo"

«¿A quién escogerías, una película de acción o a mí?»

«Por favor, Jack, mínimo vales cinco películas de acción»

«Feliz día de la amistad para ti también, Amelia»

Hay momentos en la vida que te ayudan a darte cuenta de cuántas partes está compuesta tu cabeza. Actualmente voy contando ocho.

¿Tan pocos?

Una porción quiere reír. Una porción quiere llorar. Una porción quiere asesinar.

Una porción quiere ir al baño.

Y así sucesivamente. Pero como en cada repartición no todos los trozos serán iguales, siempre habrá uno más grande, uno que le gane al resto.

Ese sería el del baño, en serio quiero ir.

¿Podrías dejarme pensar a solas? Genial, ahora me han dado ganas de ir al baño.

De nada.

—Am, ¿conoces al hermano de Frank?

Ahora parpadea y mira a Maya. Buena chica.

—Seguro te sorprendiste al descubrir que Jack, el famoso modelo, y mi hermano están relacionados. —Sonríe.

Sigue mirándola, ahora intenta tragar saliva. Bien, deja de intentar tragar saliva, es obvio que no puedes porque se te ha cerrado la garganta. Oye, es lindo esto de ser la única que hable.

—Aunque, si los miras bien, puede notarse su parecido.

Te has quedado callada demasiado tiempo, necesitas responderle o sabrá que algo pasa. Veamos, ¿qué podemos decirle? Mmm, ¿qué puede ser?

Max se levanta tan rápido que Maya casi se cae de su silla, pero se sujeta de mí, justo a tiempo, y Alex se toca el pecho esperando no le dé un paro cardiaco. ¡Hasta Frank se asusta! Yo casi me hago pis. Sí, casi. Gracias, vejiga.

Regresa a su asiento con toda tranquilidad, lo miramos como si se hubiera vuelto loco o si acabara de sacar un huevo del trasero.

—Maya. ¿Eres fan de Rei? —es lo que dice.

—Ah... —Me suelta y lo mira con cara de pato seco—. Sííí...

—¿Desde cuándo? —Max luce relajadamente intrigado.

¿Pero qué carajo le pasó? ¡¿Qué carajo fue eso?! No, vejiga, debes aguantar.

—Desde que la vi actuar en uno de mis programas favoritos —responde de manera distraída, aún sin recomponerse del todo de tremendo susto.

Alex bebe un poco de agua, y se da palmaditas en el pecho, felicitándose por haber sobrevivido.

—No lo sabía.

—¿Cómo que no? —Maya al fin despierta—. Si te he estado hablando de ella todo este mes.

—¿En serio? —Miro a Max, quien luce divertido—. Lo único que te he escuchado decir es de lo atractivo que te parece Drake, el capitán de fútbol de su escuela.

—¿Quién es Drake? —Alex la mira serio—. Maya.

—¡Soplón!

Max se carcajea y le da un apretón a mi hombro.

—Es imposible no sentirse atraídos hacia nosotros los deportistas. —Me guiña un ojo.

Me río. Este pendejo.