Capítulo extra

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—No lo haré.

—¿Por qué eres tan terco? —Alex ya luce exasperado.

Vino a verme con la excusa de desayunar juntos, pero yo sabía que quería algo.

—No harán una fiesta aquí —doy mi última palabra.

—¿Aun si Amelia es una de las invitadas?

Detengo el viaje de la taza a mi boca, pero me recompongo y le doy un sorbo al café.

—Vamos, es fin de año, y este es el mejor lugar para organizar una fiesta inolvidable.

—No.

—No me dejaste otra opción... —Asiente y se apoya en el respaldar del asiento para portar una posición más relajada—. Ya puedes entrar.

Maya aparece con una sonrisa confiada que activa mis sensores. Tengo un mal presentimiento sobre esto. Y también está el hecho que no sé desde a qué hora ha estado aquí.

—Frank... —Que me llame por mi nombre tampoco es buen augurio—. Si no aceptas hacer la fiesta aquí voy a contarle a Amelia lo que encontré en tu oficina.

Entorno los ojos mientras la analizo. Suena confiada, luce confiada, y hasta Alex lo parece. Debe ser algo realmente bueno como para que se atrevieran a amenazarme.

—¿Y eso sería...?

—Las pinturas. —Sonríe de un modo que me resulta escalofriante porque es una muy similar a la mía—. Las que hiciste de ella. Aunque no son solo pinturas lo que encontré, también hallé dibujos, retratos, fo-

—Está bien. —Me levanto de la silla con tal rapidez que consigo asustarlos—. Pueden hacer la fiesta aquí.

Chocan palmas ante su victoria.

—Pero yo no estaré.

—Sí estarás. —Maya vuelve a enseñar esa escalofriante sonrisa.

¿Desde ahora seré sobornado por una adolescente?

—Sí estaré —afirmo.

Parece que sí. Al menos por ahora.

—Rei no tardará en venir a ayudarnos. —Da brincos, ya que siempre le emociona pasar tiempo con la modelo—. Y tú también ayudarás... —Me apunta—. Hermano.

Que disfrute mientras pueda. Ya me las cobraré.

La jaqueca está inminente y no puedo irme a descansar o Maya me acusará

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La jaqueca está inminente y no puedo irme a descansar o Maya me acusará.

Todo esto es por culpa de esa mujer. Maya antes me idolatraba y nunca se había atrevido a amenazarme. Es un alivio que ya no sea mi asistente.

Tenerla viviendo aquí fue un gran desastre, y tuve que soportar muchos momentos bochornosos por culpa suya.

Y lo peor de todo es que le gusta el coco. Es asqueroso.

¿Me van a dejar amar? [Presente MVDH #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora