¡Maldito Viaje Del Tiempo! [ InoZen ]

I

°·_Deseo_·°

Realmente deseaba con todas sus fuerzas que ese chico desapareciera de su miserable vida ¡ya!

Lo detestaba, lo odiaba, le daba asco, no podía soportarlo, prefería la muerte, siempre andaba gritando y fastidiandolo en todo momento. Ya había recibido golpes por su culpa, y le jodia ver cómo Tanjiro simplemente se reía.

—¿¡Te parece gracioso ver cómo me golpean!? —Sólo estaba exagerando, obviamente.

—No, claro que no —Respondió el peli burdeos dejando de reir y tomó un suspiro calmado. —Me es gracioso ver cómo se llevan, realmente se quieren mucho.

—¿¡Estás loco?! Yo lo quiero, sí, ¡pero fuera de mi vista, fuera de éste mundo!

Kamado volvió a reir ante ello, lo que provenía del olor de Zenitsu no decía eso exactamente.

—¡Katitzu, ven aquí!

—¡Kyaa me va a pegar otra vez! —El rubio salió corriendo de la habitación y tras él lo siguió Inosuke.

Lo cierto es que Hashibira no lo golpeaba, si no simplemente le daba un cariño algo brusco pensando que su compañero lo disfrutaba, cuándo en realidad, le era muy doloroso.

—¡Kyaa Tanjiro ayúdame! —Se escuchó gritar a lo lejos seguido de una fuerte caída. Inosuke lo había tirado al suelo y ahora lo aprisionaba poniendo ambos brazos y piernas al costado de su cuerpo —. ¡No te escaparas!

—¡AYUDAAAAA!

Es lo último que se escuchó.

Los días empezaron a ser los mismos en la finca mariposa, con Tanjiro entrenando y sus compañeros peleando entre sí. Todo ello había iniciado desde que Zenitsu salvó a Inosuke en algunas de sus batallas, ya que ocasionó que éste se volviera más cercano a él para demostrar lo agradecido que estaba, cuándo en realidad sólo hacía que lo odiara cada día más.

—¡Falta poco para tu cumpleaños Zenitsu! —gritó Tanjiro emocionado —¿Que harás?

—La verdad no necesitaría hacer algo, la pasaría genial si Inosuke desapareciera todo el día ya que se comerá la torta que Aoi planea prepararme.

—¿Dijeron torta? ¡¿Dónde?!

—¡Maldito jabalí, esfúmate!

Otra vez empezaron a corretear por todo el cuarto gritándose entre sí y Tanjiro no tuvo de otra que salir de ahí para dejarlos sólos.

Si tan sólo ambos hablaran seriamente por una única vez, todo se arreglaría.

—¡Mi joven Kamado! —Grita el pilar de la llama captando su atención —¿Qué harás mañana?