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11 de octubre de 2023

Entrevistado: Jason

Jason miraba hacia cualquier lugar de su casa que no fueran los ojos del detective Henry Brown. Estaba innegablemente nervioso. Tenía más que claro que era uno de los principales sospechosos y aunque, tal vez, no tenía nada que ver, tenía miedo de que la policía lo pensara, así como lo pensaba Dani.

—Bien, Jason, ¿sabe por qué estoy aquí? —preguntó Brown sentándose frente a Jason, junto a su compañero, el que se encargaba de escribir todo.

Jason asintió, tomándose su tiempo para hablar.

—Por la muerte de Poché, imagino.

Justo en ese pequeño y efímero momento, Jason deseó no haberse involucrado tanto en la vida de quien había sido su paciente, deseó haber permanecido como su terapeuta y no su amigo.

—Imagina usted bien, doctor, solo son unas pocas preguntas de rutina, espero no le parezca un inconveniente.

Jason negó, más porque no sabía qué decir que por convicción. Estaba alargando lo más posible la situación para que Edy llegara y lo ayudara, él era quien sabía sobre todo esto, sabía lo que era lo mejor para él, sabía que debía decir y qué no.

—Usted dirá, soy todo oídos —dijo Jason, tratando de mostrarse lo más relajado que la situación le permitía.

El aspecto serio de Henry lo intimidaba demasiado. Sus arrugas y pelo canoso dejaban en evidencia que era un hombre con experiencia, probablemente había estado frente a más criminales de los que podía contar con los dedos de las manos, seguramente varios se proclamaban inocentes cuando no lo eran, y Jason tenía miedo de que aquel hombre viejo, pero al mismo tiempo muy despierto, creyera que él era culpable, no quería ser mirado con aquellos ojos.

—¿Usted llevó a la señorita Garzón a su casa la noche de su muerte?

La noche de su muerte, odiaba aquella expresión y la había escuchado más de lo que le gustaría.

—Sí, fui yo quien la llevó a su casa.

—¿Sabe a qué hora llegaron?

—Sí, eran como las once y media, pero probablemente usted ya lo sabe.

—Está en lo correcto —dijo Henry, con una sonrisa tranquila en el rostro—. Ahora debo preguntarle, ¿por qué demoró tanto si solo iba a llevarla a su casa?

—Bueno, era mi amiga, era fácil hablar con ella, y pasamos por un local de comidas rápidas.

—Entiendo, ¿qué tal la charla? ¿fue…

Henry se detuvo cuando la puerta del apartamento se abrió. Eddy era quien entraba sacándose la chaqueta y quedándose sorprendido por la presencia de aquellos hombres en la sala de su casa.

Se acercó con cuidado, como si fuera un animal acercándose a otro sin estar seguro de que no fuera a salir herido, con miedo a ser lastimado.

—Imagino que usted es Eddy —dijo Henry, rompiendo el silencio.

—Imagina bien. ¿Qué hace aquí?

—Estaba a punto de decírselo —Brown se paró de su silla y se acercó a Eddy, le estrechó la mano y se presentó—. Estamos interrogando a su pareja, así que, como bien sabrá, necesitamos privacidad.

—Él no puede hablar sin antes recibir consejos de un abogado.

—¿Es usted el abogado de él?

—Claro que sí.

—Bueno, me temo que no van a poder hablar, con usted quisiera tener un intercambio luego de él, está en la lista de personas a las que debo entrevistar, usted entenderá.

—¿Puedo saber el por qué de esa decisión?

—Claro que sí, su pareja está dentro de la zona horaria estimada de la muerte de María José y vaya sorpresa, usted quiso hacer que la investigación, esta misma, no se lleve a cabo, debo saber que los motivó a hacer todo esto.

—Entiendo —dijo Eddy, mostrándose un poco nervioso. No era experto cuando las cosas lo tocaban tan de cerca, no le era fácil ser objetivo y sin objetividad, no podía llegar a una buena lógica.

Cuando Eddy los dejó solos, Henry volvió a retomar donde lo dejaron gracias a las anotaciones de su compañero.

—Fue una conversación tranquila, esas conversaciones que se tienen cuando estás tan cansado que prefieres escuchar y hablar desde la cama.

El detective sonrió provocando escalofríos en Jason.

—Que curioso, esa conversación de "cama" despertó a la vecina que vive al lado.

Jason tartamudeo, no podía completar una palabra antes de dejar de decirla porque no le parecía la correcta.

—Respiré y cuénteme la verdad.

3 de octubre de 2023

La noche de la muerte de Poché

Jason conducía su Renault rojo vivo, de vez en cuando miraba por el rabillo del ojo a su acompañante, quien se veía realmente cansada. Los párpados le pesaban y no se dormía por la música que Jason había puesto.

El viaje fue tranquilo, antes pasaron por un lugar de comidas rápidas, Jason compró dos hamburguesas y papas fritas.

—Las comemos en tu casa —le dijo, Poché asintió.

El ascensor no estaba funcionando, así que Jason tuvo que cargar a Poché por las escaleras, y una vez que la dejó cómodamente en la cama, fue por la silla de ruedas.

—Agarre un poco de calor —expresó Jason de forma exagerada cuando entró en la habitación.

—Lo siento.

—¿Quieres comer?

—Sí, estoy muriendo de hambre.

Comieron tranquilamente, disfrutaron de la comida chatarra hasta que los efectos del cansancio y la confianza que tenían entre ambos desembocó en una extraña discusión.

11 de octubre de 2023

—Es cierto, discutimos, pero no iba a matarla por eso.

—¿Sobre qué discutían?

Jason puso los ojos en blanco.

—Estaba cansado de ser el blanco de todo el mal humor de Poché —Jason eligió el peor momento y el peor oyente para desahogarse—, es decir, Poch quería dejarle buenos recuerdos a Dani, entonces se descargaba conmigo y últimamente no me prestaba atención, obtuve un trabajo cerca del lugar a donde Eddy y yo queremos mudarnos, un muy buen trabajo y estamos a punto de concretar una adopción… Esa noche me enojé porque habían pasado varios días desde que se lo dije para que pudiera alegrarse por mí y no lo hizo.

—¿Quiere decir que María José seguía con pensamientos suicidas?

—No diría suicidas, solo quería libertad, pero sí, se quedó todos estos meses para ayudar a Dani.

—¿Ayudarla? ¿A qué?

—Daniela tras el accidente desarrolló una adicción al alcohol.

Dos cosas había sacado Henry Brown como conclusión de esa conversación. Si María José quería dejarle buenos recuerdos a su pareja iba a casarse como lo tenían planeado hace algunos meses y que Daniela podría convertirse en un testigo poco confiable. Los efectos del alcohol desmedido pueden alterar muchas cosas, entre ellas; la actitud y la realidad.

—Una última pregunta: ¿Cuál fue el local en el que compraron las hamburguesas?

Jason pensó que Henry estaba de broma, pero cuando se quedó serio y a la espera de una respuesta, se la dio.











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Gracias por leer

InmóvilWhere stories live. Discover now