XXXV

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La habitación se llenó por el sonido que dejaban aquellas presiones en las notas correctas y el seguimiento de alguna partitura mental que Jisung sabía llenar con recuerdos en su mente.

Sus manos se movían de un costado al otro, presionando desde la fuerza más débil hasta la más fuerte, con dominio y elegancia al mismo tiempo. Un arte musical, acompañado de la tarde anterior a una futura primavera y de un sol cálido entrando por el ventanal al final de la segunda pared del cuarto.

Jisung comenzó a sentir que la música le era insuficiente. Quería sentir que sus oídos eran incapaces de oír otro ruido que no perteneciera al instrumento, y con eso se refería a aquellos pensamientos pesados que visitaban sus esquinas mentales cuando menos los necesitaba.

Quería que el mundo se silenciara y solo existieran él y su viejo piano.

Se levantó del asiento, dejando de lado aquellas instrucciones que tanto había recibido sobre lo inapropiado que era perder la postura en medio de un solo de piano. Pero Jisung había dejado de tocar con la suavidad y la melancolía cuando el corazón se partió en dos y con un hundimiento mental tuvo que encontrarse a sí mismo entre los miles de pedazos que descansaban en el frío suelo.

Jisung había olvidado toda melodía clásica que no requiriera su completa atención al piano; no había lugar para la calma en un cuerpo que solo escupe tormentas.

La música era fuerte. Podía apostar que más allá del pasillo, caminando hasta el salón, se oirían sus dolores más notorios entre melodías. Se dejó llevar, como lo hacía cada vez que perdía el rumbo. Apretó las notas con dominio y entonces, lo que algún día fue su solo más calmado y romántico, se convirtió en un concierto personal para los dolores, las emociones, la libertad de ser uno mismo y a su vez, un profundo deseo por ser alguien totalmente distinto.

En cuanto apretó la última nota y lo único que acompañó el silencio que inundó la habitación fue su respiración agitada, volvió a sentir como pisaba tierra una vez más. Como su cuerpo temblaba y su mirada estaba puesta en el piano. Como se sentía más liviano, perdiendo ese peso constante que cargaba en la cabeza. Corona, le dijeron toda su vida. Incluso el dorado de ella le resultaba asfixiante.

Tomó una inhalada profunda, llenó sus pulmones de aire y lo soltó con todo el resto de peso que cargaba. Otra vez, volvía a sentirse bien, pero el vacío también estaba presente. Supuso que el equilibrio entre esas dos emociones era muy difícil de alcanzar. La música había cesado, los pensamientos volvieron a su lugar. El corazón se quedó callado, pero la mente no dejó de hablar.

Se acercó al ventanal y miró cómo los últimos rayos de sol se escondían al final del jardín detrás del enorme castillo. Se dio la vuelta de nuevo en cuanto la puerta del salón fue abierta y un sonido de zapatos característico hizo presencia. Contrastando el ruido del anterior piano, Jisung odiaba ese sonido.

—Jisung. —Lune llevaba un vestido rosado y unas pequeñas hojas verdes en cada lado de su cabeza, lamentando la terrible alergia al polen que solía agarrar cuando tenía flores cerca—. No te vi en el almuerzo. ¿Lograste comer algo luego de tu práctica de tiro?

Jisung volvió la mirada a la ventana, no podía mentirle en la cara. No había ido a su práctica, fingió tener una descomposición estomacal y no hicieron más preguntas. Últimamente, la reina Amanner le cubría esos evites a sus responsabilidades, la culpa la carcomió cuando lo vio llorar noches enteras en su cama.

—Lo hice, volví a la cocina cuando terminé.

—Eso es bueno. Ha llegado tu traje para mañana. ¿Quieres verlo?

Jisung soltó un suspiro. Un año en compañía de Lune como «recompensa» a la mala pasada con la familia Lee, le parecía repugnante en cada extremidad de la idea. Su padre le había exigido aceptarla, pues sería descortés, sobre todo teniendo en cuenta que nadie quiso aceptar en aquel juicio que ni Jisung se sintió obligado a ir al campo de girasoles, ni mucho menos que Minho había sido una mala pasada en su vida.

Our Fairytale - [Minsung] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora