ERROR PERFECTO [En Edición]

CAPÍTULO 2

DECISIÓN Y CONFESIÓN

Intento centrarme en mi clase de matemáticas, pero es demasíado difícil con el hecho de una resaca y que literalmente me estoy durmiendo en la clase, por suerte el profesor no se da cuenta.

Suena el timbre dando por concluida la clase, recogo todas mis cosas, para irme a la cafetería, necesito agua.

Después de que vi esos mensajes que yo mandé a ese tal chico Liam no quise responder sus mensajes, siento un poco de pena en mi.

¡Por Dios! Yo nunca hago esos disparates de mandar solicitudes en Facebook, pero creo que el alcohol me hace hacer cosas que jamás haría.

Entró a la cafetería agarrando una agua, para sentarme sola en una mesa. Mis amigos no estamos en casi los mismas materias.

Me estoy tomando el agua como si dependiera de ella, cuando veo a Oliver sentarse enfrente de mi.

—Mierda, pareces como una maldita momia, bueno a excepción de que dependes de una botella de agua—me sonríe—Ahh, por cierto, hola bonita.

—No empieces, estoy así —hago un seña con mis dedos a punto de tocarse— de callarte con la botella.

—Vaya, empezamos muy salvajes hoy—dice Noah llegando con las otras dos alimañas a la mesa donde estamos sentados— Dios nos libre otra vez el aguantarte borracha.

—¿Qué día es hoy? Es Jodan a Adeline—volteo a ver a Karol que viene a la mesa, sentándose a lado mio—Además no creo que hice tanto desmadre ayer, ¿verdad?

—Si tu lo dices linda—dice Luis—Digamos que no eres la misma.

Creo que ven mi expresión, así que Richard me explica.

—Bueno....para empezar te dormiste al menos 5 minutos, pero después de despertar, empezaste a encender el estéreo de la camioneta a todo volumen, abriste la puerta del techo, te subiste, cantaste y junto con el pendejo de a lado —señala a Noah—se te unió, ya se estaban peleando con una señora de 60 años por estar gritando y entre los dos le dijieron "jodase, señora" ya no escuche lo demás.

Mierda, eso no aparece en mi disco duro.

Callate, carajo.

Oye, respetame, te joderas toda tu vida, porque soy tu única conciencia. Así que, callate y escucha el desmadre que hicimos.

Lo que me faltaba que hasta mi conciencia también me regañe.

—¡Yo si escuché lo demás! —dice Karol, entisiasmada—El jodido, es decir Noah—Noah se hace el ofendido —Le dijo que para que no nos echaran una muerte, le podría bailar para ella—me empiezo a reír—Gracias a Dios que llegamos a tiempo, que ya la señora lo iba a meter a su casa.

—¡Oigan! No es mi cumpla que todas las mujeres, quieran a este sensual hombre en su cama.

—Ya hasta te escuchas como Luis—digo—Solo te falta ofrecerte.

Nos echamos a reír todos.

—Bueno, ya de vuelta al tema—dice Richard—¿Porqué exactamente ustedes dos, se emborracharon hasta quedar como.... —nos señala a Noah y a mi con un dedo.