ERROR PERFECTO [En Edición]

EXTRA I

UNA NOCHE

OLIVER

Contaré una historia, aunque bueno, no es de las historias que no salen de mi.

Pero aún así se las voy a contar.

¿Porque? Porque quiero, se joden y leerán con atención.

Bueno, pues lo contaré sin detalles, no quiero antojar a menores de edad.

Ahhh, no es cierto, aquí solo calientes y soporteeen mis cielas.

Hace un mes estoy en una relación.

Si yo. No me digan más porque me da vergüenza.

Y pues así empezó...

Las bocinas reventaban a todo volumen en la casa donde estaba la fiesta.

Una casa gigante de señores de alta gama, con collares así bien finos.

Volteo alrededor, Noe y Richard platicando con varios chicos, Karol bailando con un tipo digamos...ni pasable llega con la cara pero bueno, Adeline sentada en la barra entretenida con el celular y al parecer mensajeando con alguien

Y pues a Luis está en una esquina besandose con una chica.

Mientras tanto yo estoy más borracho que vivo, pero aún así sigo bailando mientras chicas me coquetean con la mirada, claro mi sonrisa orgullosa no se quita.

En cuánto siento que quiero ir al baño tropiezo en un escalón y me sujeta alguien del codo.

Aunque la vista se me nubla y vea todo casi a doble vista, pude ver perfectamente a una chica de cabello castaño de ojos grande de color verde y la piel morena.

Joder, es guapísima.

Parpadeo incrédulo y me mira aunque está borracha sus ojos se le iluminan.

—¿Estas bien?—me pregunta.

—Ehh, si...si—me reincorporo—Estoy bien.

Asienta con la cabeza y cuando está a punto de irse la tomo de la mano tocando sus dedos finos y delgados.

—¿Cómo te llamas?—me mira.

—Mia—responde con una sonrisa.

La vida me dice algo.

No seas posesivo por favor.

—Me llamo Oliver—digo.

—Si creo que aquí te conocen demasiado—dice mirando alrededor.

—¿Ah, si?

—Te conocen...digamos por coqueto con la chicas.—arruga la nariz— Y lo digo de forma sutil.

—¿Te incomoda?—arqueo las cejas.

—No es agradable escuchar como todo mundo habla de un Oliver que coge de maravilla.

No se si incomodarme o sentirme halagado.