CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31.

UNA RAZON MAS.


ADELINE.

Unas semanas después.

No puedo.

Simplemente no puedo con esto. Con este dolor martillando cada vez en mi pecho, sentir la necesidad que correr, llorar sin control al punto de no tener lágrimas, aún sabiendo que desde la primera semana me he quedado sin lágrimas.

Estás malditas dos semanas se han sentido tan...cansadas. No he hablado con nadie, solo mi mama, mi hermano y mis abuelos han venido a mi habitación

Mis amigos vinieron pero no quería que me vieran así, tan rota.

—Hija—tocan la puerta— Ya está el baño, necesitas para descansar.

Últimamente no puedo dormir, a veces son madrugadas aún despierta llorando y lo único que necesito es un baño.

Busco mi otra pijama junto con mi toalla entro al baño cerrando la puerta, me empiezo a quitar toda mi ropa y entre veo mi reflejo en el espejo deteniéndome.

En mi rostro se ve los ojos hinchados la cara pálida, sin color, esos ojos almendrados que se iluminaban con solo ver a mis amigos...ya no hay nada, solo un vacío en ellos.
Mi cuerpo se ve más delgado, siento que no me parezca a nada a lo que era antes, se nota la falta de hambre que he tenido en estos días.

Los golpes que tenía ya solo se ve un ligero moretón en mis costillas, no le los vid desde los primeros días pero mi mamá Trini venía todos los días a revisar los golpes

Y como siempre mamá le marco a mi padre y así como siempre dijo que no tenía tiempo y le colgó

Deje mis cosas empezando a bañarme con agua tibia, y era esas las pocas veces que lloraba en la regadera así no se notaba tanto mi dolor.

Al menos eso es lo que creo.

Me baño tardandome sintiendo un cansancio insoportable y me duele el pecho tal vez es un ataque de depresión o ansiedad, pero es solo el duelo.

Salgo del baño con mi pijama, paso el cuarto de mi hermano, cuando escucho que se cae algo y es mi hermano que me ve sorprendido. No le prestó atención cuando llego a mi habitación cuando voy a cerrar la puerta mi hermano me lo impide con su mano, mirándome.

—¿Puedo entrar?—me pregunta con su mano en la puerta, me encogo de hombros a lo que el entra mientras tomo mi cepillo peinandome— No necesito preguntar cómo estás.

Dejo el cepillo a lado mi siento en mi cama a lado de el.

—Liam no se a ido, ¿Lo sabes?—me dice mirándome fijamente a lo que miro mis piernas cruzadas—. Desde...el funeral se ha quedado con Miguel, no quiere dejarte sola y ni a su mejor amigo.

Me quedó mirando la ventana sin saber que decirle, últimamente no bastaba las palabras. Miro como el sol se empieza a ir dando el atardecer llegando me un recuerdo.

“—¡Adeline!—me grita Oliver—¡Baja!

Sonrió a escuchar a mi amigo, corro bajando las escaleras, slago d emi casa y veo que me sonríe sin un diente, se pego jugando con Miguel y Michael en el futbol.

—Chimuelo—le digo acercándome con el vestido que me compro mi abuelo—¿A dónde vamos?

—Vamos por Karol, traje la bici pero te traje algo—me dice escondiendo algo en su espalda.

Me muestra y es un peluche de dálmata, sentado con los ojos más bonitos que he visto de color café.

—Te lo traje porque no te di nada en tu cumpleaños, me lo gane en las máquinas de peluches—me explica extendiendo con las mejillas sonrojadas

ERROR PERFECTO [En Edición]Where stories live. Discover now