Capitulo 23

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"Si llenas tu mente de miedos, no habrá espacio para los sueños"

—¿Quieres darte prisa?

Louis gruñe al otro lado de la habitación y termina por acomodar su polla entre sus pantalones con una mueca de disgusto en el rostro.

—Tengo una maldita polla erecta, cállate.

Harry ladea la cabeza.
—¿Ya terminaste de lloriquear?

—¿Lloriquear? Claro, como tú si lograste acabar y te sientes con derecho de juzgar a los demás. —dice irónico

—Oh bambino, si lo que mas quiero es hacerte llegar al orgasmo —dice en un murmullo ronco —Lastima que no se podrá, andando.

Louis suspira cansado.
—Díos, ilumínalo o elimínalo...—susurra por lo bajo

Se encontraba caminado hacia Harry cuando un nuevo disparo retumbó por todas partes haciendo que se sobresalte asustado y su corazón de un vuelco dentro de su pecho. Tiene ganas de correr y esconderse bajo la mesa mientras se hace bolita.

—Cazzo —gruñe el italiano

Trad: [carajo/mierda]

Louis tiembla.
—¿Que está pasando?

Harry ignora su pregunta mientras se aleja de la puerta y dando zancadas se acerca a su escritorio, de uno de los cajones saca dos armas color plateado. Louis palidece cuando lo ve cargándolas.

—Ten —dice tendiéndole el arma.

—No.

Harry frunce su entrecejo
—No te lo estaba preguntando, coge la puta arma.

Louis niega con la cabeza sintiendo sus manos picar y su estomaga retorcerse. Siente una corriente de pánico por todo su cuerpo al ver el arma, ahí, tan cerca.

—Y yo ya te dije que no lo haré.

Algo dentro de su pecho le dice que no tome esa arma, un sentimiento de inquietud y nerviosismo. Tal vez solo es producto del miedo.

Harry aprieta la mandíbula y con voz grave y tosca formula;
—Louis.

El castaño levanta la cabeza mirándolo a los ojos y habla en el mismo tono.
—Harry.

—Toma el arma.

Niega nuevamente
—No puedo.

Harry gruñe y en segundos Louis ya lo tiene a centímetros de distancia. Los dedos anillados le toman con fuerza el mentón obligándolo a ver esa intensa mirada verdosa.

El agarre es tan fuerte que siente que los dedos quedarán marcados en su piel.

—Coge la puta pistola, no la vas a necesitar eso te lo aseguro.

—No quiero.

—No importa si quieres o no, tómala.

—No.

—Si no coges la maldita pistola alguien más lo hará por ti y la vaciará en tu cabecita.

Louis vuelve a temblar, malditas amenazas que siempre lo toman desprevenido.

Termina asintiendo con la cabeza de mala gana y Harry lo suelta. Las manos le tiemblan cuando siente como el frío acero es depositado en sus manos.

Y trata de alejar algunos recuerdos que luchan por meterse en su cabeza.

Harry se mete el arma en sus pantalones sonriendo de lado.

—Vamos amore, no le tengas miedo, no muerde.

Si a todo ✘|L.S|Where stories live. Discover now