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ᴀʟᴇᴊᴀɴᴅʀᴀ ᴠᴀʟᴅɪᴠɪᴀ

Era miércoles y la idea de querer preguntarle a Tomas sobre esos videos aumentaban con cada segundo.

¿Por qué él tendría que tener esos videos?

El recreo sonó haciendo que mis nervios aumenten.

¿Lo vas hacer Alejandra?
Si.

¿Segura?
Sinceramente...no.

Me senté en las mesas distraída en mis pensamientos.

—Alejandra—dijo Isabela por lo que miré y Troca venía hacía acá.

No puede ser.

No es que no este bonito, solo es tan cansado el que no entienda que no quiero salir con el.

—Vamos a comprar—dijo levantándose y sin dejarme hablar tomo mi brazo y empezó a caminar hacía el lugar ese.

Estaba un toque vacío por lo que compró rápido.

—Quiero ir al baño—dije sabiendo perfectamente lo que iba hacer.

Ella dijo que fuéramos y pasamos por las mesas de largo.

Mire a Tomas apoyado en las gradas, le dije a la Isabela que caminará adelante y ella asintió, seguro ya había entendido el plan.

Mi cuerpo paro enfrente de Tomas quien me miraba con atención, le hice una seña y el se inclinó para escuchar.

Me acerqué a su oído para decir:

—¿Tan obsesionado tenes que estar como para hacer que me graben mientras entreno?—pregunté en un susurró, ya que tenía su oído muy cerca de mi boca.

El giró haciendo que el que quedé cerca de mi oído sea el.

—No estoy obsesionado, solo estoy viendo en que me estoy metiendo—respondió con voz ronca.

Hice lo mismo que el volviendo a quedar cerca de su oído.

—No tendría porque importarte en que te vas a meter, capaz al único que le haga casó sea a Troca—dije sonriendo, el se rio sin gracia.

—Sabes perfectamente que me elegirías a mi—dijo seguro.

—¿Qué te hace pensar eso?—pregunté divertida.

—Tal vez el que te cuando estoy cerca de vos te pones nerviosa—dijo y yo sonreí con gracia.

—Tomas, vos no pones nerviosa a nadie—respondí lentamente en su oído haciendo que el automáticamente tome mi cintura haciendo que mi cuerpo quedé completamente pegado al de el.

Mis nervios aparecieron.

—¿Segura, Alejandra?—preguntó.

Asentí.

—¿Por qué tus manos no dicen lo mismo?—preguntó y mi vista bajo a mis manos las cuales temblaban por el nerviosismo en mi cuerpo.

Lo miré a los ojos y el rio a ver que no tenía respuesta alguna.

—Deja de hacerte la viva, vos y yo sabemos que no lo sos—dijo susurrando.

—Si vos lo decís—dije segura.
—Hasta luego, Campos—dije y mi cuerpo actuó haciendo que le de un beso cerca de los labios, me miró con una sonrisa mientras soltaba mi cintura y hacía que nuestros cuerpos se separaran.

—Hasta luego, Alejandra—habló cuando estaba apunto de entrar al baño.



Juró que necesitaba esto, necesitaba tensión brodas.

¿𝐋𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚? | 𝐂.𝐑.𝐎 [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora