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ᴀʟᴇᴊᴀɴᴅʀᴀ ᴠᴀʟᴅɪᴠɪᴀ

Me levanté de la cama y baje las escaleras con cuidado encontrándome con el living.

La Isabela me miró y sonrió volviendo a lo suyo.
Tomas hizo una seña tocando sus piernas por lo que caminé y me senté en ellas.

Si me hubieran dicho que coger iba a quitarme el dolor lo hubiera hecho mucho antes.

Igual Tomas se arrepintió después porque me empezó a doler demasiado la cadera y el tuvo que aguantarme.

Me recosté en el pecho de Tomas haciendo que el se acomodé para que los dos estemos cómodos, paso su mano por mi cintura haciendo que su cuerpo se pegue con el mío.

—¿Cómo amaneciste?—preguntó haciendo círculos por debajo de mi camisa.

—Bien—dije y cerré los ojos mientras me acostaba completamente en el.

—¿Tenes sueño?—preguntó y asentí.
—Te acabas de despertar, María Alejandra—habló viéndome.

—¿Qué tiene? Soy joven—hablé.

—Tendrías que tener energía—habló viéndome.

—Me da sueño comer, Tomi—el me
miró negando.

—¿Vamos a comer?—preguntó Mauro saliendo del estudio, todos estuvimos de acuerdo.

—Sofia, veni acá—escuché la voz de Marina, segundos después su hija de 7 meses apareció caminando, si, 7 meses y ya caminaba.

—Hola, mi amor—cambié mi tono de voz cuando ella vino en mi dirección.

—Tata—habló estirando sus brazos y yo la cargué.

—Cosita hermosa—hablé abrazándola, ella reía.

Tomas me miraba con una mini sonrisa.

—Nunca tengan una hija con 18 años—habló Marina.

—1 mes faltaba para que cumplieras 19–hablé.

—Seguía teniendo 18–respondió, Marina era un año mayor que todas, había pasado algo en el colegio y la habían hecho repetir un año.

—Te dije que te bebieras la pastilla—habló Isabela, quedé completamente seria.

—La pastilla—dije haciendo que todos me miren, tomé a Sofia y la deje con Tomas, Salí corriendo con Isabela y Marina atrás.

—¿Tenes pastillas?—preguntaron.

Me detuve automáticamente, negué.

—Babosa—me dijo la Isabela riendo—Yo tengo—habló y todas cambiamos la dirección hacía su pieza.

Me dió 1 la tomé al instante.

Bajamos ganándonos las miradas de los pibes.

Tomas me miró buscando una respuesta.
Tenía a Sofia en su pecho acostada, ella jugaba con una de su cadena mientras tomaba de su biberón (?).

Negué.

—No hijos, Campos—hablé y el asintió suspirando.



Una verga, pero es lo que hay.

¿𝐋𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚? | 𝐂.𝐑.𝐎 [En corrección]Where stories live. Discover now