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ᴀʟᴇᴊᴀɴᴅʀᴀ ᴠᴀʟᴅɪᴠɪᴀ

Miré como Tomas centraba su atención en mi, parecía estudiarme de pies a cabeza, como normalmente lo hacía.

—¿Te puedo besar?—preguntó viéndome a los ojos.

—Estuvieras—dije riendo pensando que era mentira.

Vi como su cuerpo se levantó rápidamente, se acercó a mi, tomó mi cuello y unió nuestros labios, había extrañado tanto ese sabor.

Se separó de mi para acostarse con cuidado en mi pecho, abrazo mi cuerpo viendo y escuchando lugares en los que no me quejara al sentir un contacto.

Me miró desde abajo y sonreí feliz.

Habían sido tantos años en los que no lo vi, bese, abracé, que se me había olvidado completamente lo que era sentirme querida por alguien.

Empecé a hacer mimos en su cabello/pelo con mi mano libre, el cerro los ojos al sentir el contacto, su respiración se fue calmando poco a poco, su cuerpo se fue relajando y ya fue muy evidente cuando se quedó dormido.

—Te amo, Campos—susurré, me dediqué a intentar dormirme, por dentro todavía tenía la emoción de tener a Tomas durmiendo encima de mi.

Suspiré al saber perfectamente que no iba a dormir, me dediqué a mirar a Tomas y resaltar cosas que actualmente no me había dado cuenta.

Ahora tenía más tatuajes, resaltaban los que tenía en la cara, sus brazos estaban repletos de estos, miraba algún lugar y ya no había espacio.
Supongo que su pechos y abdomen esta igual.

Su refugió fue la droga, mi refugio fue el fumar hasta quedarme dormida.

Los dos nos habíamos lastimado física, mental y emocionalmente.

Pero aún así, por Tomas soportaba cualquier tipo de dolor por más estúpido que sonara, Tomas era algo tan importante en mi vida que me aferré a el en todos los sentidos.

¿𝐋𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚? | 𝐂.𝐑.𝐎 [En corrección]Where stories live. Discover now