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ᴛᴏᴍᴀs ᴄᴀᴍᴘᴏs

—Lo hiciste bien, Tomas—dijo Dayana riendo, deje que mi cuerpo actuará y comencé a caminar rápido ignorando los llamados y advertencias de las dos pibas de mi grupito.

Al llegar al otro pabellón la busque con la mirada y al encontrarla algo dentro de mí dolió, su rostro estaba llenó de lágrimas mientras se ponía un buzo grande haciendo que todo su cuerpo se pierda dentro de el.

—Tenes el cuerpo más bonito, no tenes que dejar que esas sucias influyan en tu vida, sos perfecta así—habló Isabela y todas le siguieron diciendo cosas.

—Alejandra...—pronuncie y automáticamente todas me voltearon a ver.
Les di una mirada y todas se levantaron diciéndole algo al oído, me senté a su lado.
Limpio sus lágrimas y me volteó a ver.

—¿Qué?—preguntó.

—No les tenes que hacer caso—dije.

—Tomas, hiciste que la Isabela se fuera y me tuve que quedar sola escuchando todo lo que decían sobre mí, sabes hubiera elegido a Troca—dijo y sin pensarlo tome su rostro haciendo que me miré.

—Volves a decir que preferís a Troca y en tu puta vida volves a sentir una mirada de mi parte—dije y ella sonrío.

—¿Celoso, Tomas?—preguntó divertida, sus lágrimas habían desaparecido por completo.

—Mucho—dije quedando a centímetros de ella, estábamos en una parte donde nadie nos miraba así que no había problema alguno.

Solte su rostro, pero ella hizo que mi mano quedará ahí.

Acerqué nuestros rostros haciendo que cada vez estuviéramos más cerca.

Miró de un lado al otro al igual que yo.

Tome su cuerpo, mis manos bajaron a su cintura atrayéndola más hacia mi.

Miré sus labios y al mirar rápido sus ojos ella también veía los míos.

Miré sus ojos pidiendo permiso, me miró y asintió rápido.

Corte toda distancia que había entre nosotros haciendo ella tome mi cuello y me pegará aún más a ella, sus labios eran suaves y cálidos, seguí su ritmo lento, ritmo que hacía que el beso se alargará cada vez más y más.

Me intenté separar de ella, pero me agarró el cuello e hizo que lo que era un beso normal subiera de tono al profundizarlo.

Segundos después nos separamos por la falta de aire, mire sus ojos los cuales miraban los míos.

Su respiración acelerada y sus labios rojos e hinchados hicieron que sonreía.

Ella tomo la iniciativa tomando el cuello de mi camisa y uniendo otra vez nuestros labios, sonreí ante el acto y sin importar si alguien nos veía o lo que pensaran, probé sus labios, labios que quería probar hace mucho.




Para ser sincera, por la mente nunca me pasó hacer esto, pero siento que han pasado muchos capítulos y necesitábamos algo más que solo miradas y momentos tensos.

Sean felices Ajajdnak.

¿𝐋𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚? | 𝐂.𝐑.𝐎 [En corrección]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon