31

17.6K 3K 2.9K
                                    


COMPARTE LA BOTELLA


Me impresiona la simpleza con la que suelta tal pregunta. Es tan inesperada que me hace cuestionar si ha perdido la cabeza o si le entró agua al cerebro. Esa es una enorme posibilidad teniendo en cuenta que todavía estamos mojados frente a una caliente chimenea por culpa de su arranque. Luego, me cuestiono si va en serio, pero al ver lo determinado que está, no me cabe dudas de que está planeando algo.

—¿Quieres que me haga pasar por Agnes?

A juzgar por la media sonrisa que me da, estoy en lo correcto.

—Tengo un plan. Dentro de poco la boda de tu madre se llevará a cabo en casa de Dhaxton, ¿cierto?

Escuchar la palabra «madre» es peor que tener que meterme en el agua fría para salvarle el trasero a Seth. El dolor que se aglomera en mi pecho se siente igual a lo que sentí cuando vi a Raziel besar a aquella mujer.

Trago saliva para impedir que ese cúmulo de sentimientos negativos me impiden hablar bien. Y como no quiero derrochar lástima frente a alguien que ya está herido, pretendo que todo está bien, aunque en el fondo sé que no lo está.

—A la cual no estoy invitada —ironizo como si fuera lo más normal del mundo.

El rostro de Seth se deforma.

—¿No estás invitada a la boda de tu propia madre? —Le respondo con un lento movimiento con la cabeza. Esto hace que Seth arrugue más el rostro, sin comprender— ¿Fue por el cagazo que te mandaste en la fiesta de compromiso?

«Cagazo» es una palabra demasiado descuidada para que me eche a la cara, porque pese a que mis intenciones habían sido buenas, y solo buscaba defender a mamá, la culpa de que ella casi rompiera su compromiso y se alejara de la vida idílica que alguna vez soñó, fue mi culpa.

Inspiro hondo y acomodo la sábana para que me cubra la mitad del rostro, refugiándome de los malos pensamientos que me acechan, igual como hacen los niños cuando tienen miedo de que un fantasma los espante mientras duermen.

—Supongo que fui demasiado escandalosa para que me inviten de nuevo —digo intentando que mi voz no suene demasiado frágil. Pero lo hace, lo que vuelve obvio que me duele su rechazo, la distancia y su ausencia.

Seth coloca su mano sobre mi cabeza.

—Estuviste asombrosa.

Busco en sus ojos algún indicio de burla, esa sorna descarada que usó aquella noche en la fiesta, sin hallarla. Asumo que sus palabras son sinceras, pero el peso de la culpa me impide pensar como él.

—Estaba borracha —replico.

—Eso te suma puntos de sinceridad. La verdad es que fuiste muy valiente.

Revuelve mi cabello. Tomo su mano y no la suelto, como si quisiera aferrarme a sus palabras con ella o necesitara de su tacto para consolarme.

—Lástima que mamá no piense lo mismo. —Suspiro con pesadumbre—. Casi no me habla desde aquella vez. Debe estar muy avergonzada para volver a presentarme frente al resto... —Me queda mirando con los párpados caídos— ¿Qué?

—Estás estrangulando mi mano. —Baja la cabeza. Tengo su mano tan apretada que sus dedos están rojos por la sangre acumulada. La suelto casi tirándola cual bolsa de basura—. Me gustan las emociones fuertes, pero quisiera conservar mi mano, gracias.

Una sonrisa de villano evoca desde mi más retorcido interior. Me ha hecho gracia su último comentario dramático.

—El punto aquí es que no deberías sentirte mal por lo que dijiste, al contrario, hiciste lo que pocos se atreverían a hacer por alguien que ama —intenta hacerme entender—. Tu valentía es admirable, y tu determinación también. Tú eres la persona más extraordinaria que he tenido el privilegio de conocer.

INTENCIONES OCULTAS  EAM#2 | PRONTO EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora