Capítulo 4

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Los padres de Angelo llevaban 20 años casados, al principio todo era maravilloso, el amor que se tenían hacia que lo malo estuviera pintado de rosa pero, eso no quita que siguiera siendo malo. Con el pasar el de los años, su amor fue decayendo, todo empezó con algunas pequeñas discusiones escalando a peleas en donde los gritos no se hacían faltar, todo esto pasaba mientras que un par de niños estaban en la habitación de un jovencito de 10 años llamado Matías, el niño consolaba a su hermano menor Angelo de 6 años de edad.

Los padres de ese par de hermanos se hacian nombrar Julieta y Nicolas, su matrimonio iba en decadencia, haciendo querer al pequeño Angelo y a su joven hermano que le dieran fin a todo ese tortuoso presente.

    Con el pasar de los años, Matias llego a la pubertad, ya sus intereses no eran las mismos, se distanció de su hermano menor, haciéndolos parecer lejanos, el mayor se convirtió de alguien relativamente relevante es su plantel escolar dejando de lado a su hermano, se hizo muy cercano a un extrovertido chico llamado Alan con quien entrelazaría fuertes lazos.

Fueron muchas las noches en las cuales Angelo se preguntaba que había sucedido con su hermano, extrañaba tener a alguien a quien contarle todas las cosas que pasaban por su mente, se sentía vulnerable y se culpaba por no ser alguien de interes popular.

    La juzgante mirada de su madre se posaba sobre el menor, haciendo que este se sintiera pequeño.

_Hola mi amor, ¿Dónde está tu hermano?_ pregunta la madre a Angelo con notoria molestia.

    _N-no lo sé, mamá_ dijo Angelo nervioso, no sabia si debía decirle a su madre alguna excusa, ya que Matias no le había nada sobre eso.

    _¿Cómo qué no sabes Angelo?_ dijo su madre acercándose mas a su hijo, para poder interrogarlo mejor.

    _N-no sé mami, en verdad n-no se_ dijo Angelo, 'Ojalá Matias llegue pronto' pensó Angelo, ya se estaba asustando por su futuro, no quería ser castigado.

     _Llamare a tu padre, y si no nos dices donde está tu hermano te ira mal, Angelo_ dijo su madre llamando al padre del niño el cual se encontraba en el piso de arriba.

     De las escaleras salieron los padres de los dos hermanos, con cara seria el padre de Angelo se acerco a él.

    _Angelo. ¿Dónde está Matias?_ dijo él con tono serio con su voz ronca y gruesa.

    _P-papá em verdad no lo sé, él dijo que llegaría tarde, l-lo digo e-enserio_dijo el pequeño y vulnerable niño.

    Por toda la habitación se escuchó el sonido de un chaqueta, su padre le había pegado. El niño estaba llorando, no sabía que hacer, en verdad no sabia donde estaba su hermano y eso le estaba dando consecuencias.

    Reprendieron al niño y lo mandaron a su habitación, ahi el niño se quedo llorando, no se le hacia justo que el tuviera que pagar por los errores de su hermano.

    Varias llamadas perdidas se presentaban en el teléfono de Matias, quien la estaba pasando bien con sus amigos, ignorando las llamadas de sus padres.

    Las horas pasaron y por fin Matias llegó a su hogar, sus padres lo estaban esperando en su sala de estar, sentados sobre el sofa de color gris oscuro.

    Matias se puso rojo de la vergüenza al verlos ahi, y lo mínimo que se podría llevar eran regaños. Reprendieron a su hijo y este se fue molesto hacia su habitación, durmiendo para el día siguiente ya que tenía clases.

    A la mañana siguiente Matias fue hacia la habitación de su hermano quien dormía plácidamente, Matias esta molesto con él ya que Angelo no lo cubrió y gracias a eso según Matias lo habían regañado.

    Matias para desquitarse con su hermano le pellizcó la oreja, tanta fue la fuerza de esta empezó a sangrar, Angelo gracias a esto despertó dando unos quejidos de dolor, su hermano lo estaba lastimando y él sabía muy bien el porqué.

    _¿Con que andas de chismoso, no? Hermanito_ dijo Matias lleno de rabia pues gracias a eso le había quitado su celular. Matias empezó a jalonear del cabello su hermano y este solo lloraba en silencio porque si hacía ruido y sus padres se enteran le iría peor.

    _ Hoy te vas solo, por soplón_ dijo Matias dandole un ultimo pellizco.

    _P-perdón, Ma-matias_ dijo Angelo apenado pues no quería que su hermano se molestara con él, aunque ciertamente nada había sido su culpa.

El Prominente (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora