Capítulo 6

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   La amistad de Matias y Alan ya era casi irrompible, pasaban la mayor parte de su tiempo juntos, en la casa de Matias, Alan cada vez que iba no pasaba desapercibido al lindo niño que siempre trataba de esconderse de él, se le hacia tierna su timidez e inocencia, pero quería conocerlo, saber como se llamaba, su color favorito, quería ser cercano a él, Alan era culpable de sentirse a traído románticamente por el niño. Algunas veces llegó a traerle pequeños detalles al niño dejándoselos con su hermano mayor, este al no tener una relación cercana hacia su menor, prefería quedarse con esos presentes, pues no entendía por qué Alan le traía regalos a su hermano y a él no. Todo esto hizo que Angelo nunca se enterase de los detalles que Alan gastaba en él.

    Angelo siempre fue callado, la mayoría de personas opinan que era así porque así era su personalidad, pero al pequeño en verdad le daba miedo, tenía miedo, miedo de opinar, de ser rechazo, toda su vida se le había dicho que hacer, que decir, como vestir, tanto así que terminó creyéndoselo, el no necesitaba opinar, aunque pudiera sería incapaz de darla pues no contaba con una opinión en concreto, Angelo simplemente no sabia como dejar de ser un niño bueno.

   A los 10 años de Angelo, su hermano junto con Alan, quienes para ese momento tenían 14 1años, obligaron al menor a ver videos pornograficos, donde la imágenes explícitas no se hacían de rogar, Angelo muy inocentemente los veía pues su pequeña mente no daba para más.

    Ciertamente, Alan estaba enamorado a mas no poder del niño, a Angelo se le hacia lindo Alan, pero nunca llegó a compartir esa atracción que el mayor tenía hacia él, fueron muchas las veces que el mayor le pedía el número del menor a su hermano mayor, esto creando la molestia de Matias, pues no le agradaba que su amigo insistiera tanto en tener el número de su hermano.

    Angelo iba de regreso a su casa solo, como el día anterior y toda esta semana, hacia días que su hermano no regresaba a casa con él, mentiría que dijera que no le temía un poco a irse solo, pues varias fueron las veces que escucho comentarios obsceno e insultantes hacia su cuerpo, mayoritariamente de hombre mayores y jovenes que solo buscaban intimidarlo.

    Matias estaba en la casa de Alan, recientemente evitaba estar en su casa, pues no aguantaba el tono regañón con el que le hablaba su madre, le hablaban a Alan sobre lo mucho que odiaba vivir con su familia e hizo énfasis en el odio que sentía hacía su hermano, simplemente no se le hacia creíble su fachada de "niño bueno" según Matias.

    Un moretón marcaba el cuello de niño, caminaba a su casa mientras saboreaba aquellos bombones que el atlético chico le había dado, aunque al tragarlo su garganta dolía gracias al apretón de Scott, pasaron los minutos caminando y por fin Angelo había llegado a su hogar, cansado por la larga caminata ingresó a su hogar siendo interrogado automáticamente por su madre por la ausencia de Matias, quien se había ido con sus amigos otra vez.

La madre resignada permitió que Angelo subiera a su habitación a reposar después del largo día.

Estaba feliz, nadie puede negarlo, ese pequeño detalle que tuvo Scott le hacía sentir mariposas en el estomago, su cara se ruboriza cada que recordaba el suceso, para Angelo eso ya era razón suficiente para poder morir es paz, se sentía realizado.

Por otro lado, un molesto Scott se encontraba quejándose de su novia en el gym junto con sus amigos quienes al igual que él se quejaban de sus parejas, en la escuela antes de salir Scott tuvo una discusión con ella ya que esta lo confrontó, los rumores sobre la infidelidad del mayor la estaban cansando, pero a pesar de todo esa conversación no dio frutos ya que Scott la pasó por alto.

El pecho de mayor subía y bajaba, sus brazos brillaban gracias al sudor, respiraciones fuertes y agitadas de escuchaban por todo el establecimiento, se encontraba realizando su ejercicio de mancuernas diario acompañado de sus colegas.

Eran las 11:00 pm y Matias apenas se dignaba a aparecer en su hogar, regaños de su padre y madre se escuchaban por toda la casa, Matias no hizo mas que responder empezando una discusión de cara a cara con sus padres. Angelo escuchaba cada palabra desde su habitación, importándole poco ya que no dejaba de pensar en su amado y de como este le había obsequiado unas chocolates, aun los conservaba, tan solo se había comido 2 del puño que el muchacho le había dado.

Scott bañándose estaba pensando es que detalle le haría al lindo niño mañana, el agua recorría su fibrado cuerpo, pensar en el niño había generado una reacción en él, su miembro erecto resaltaba en el panorama, empezó a masturbarse, no podia quitarse al niño de la cabeza, le era imposible siquiera dejar de tocar su miembro, el aire caliente salía de sus pulmones, su respiración era agitada, la imagen deleitante del pequeño gimiendo su nombre lo hizo llegar al climax, los mosaicos estaban manchados con su esencia y su respiración era incontrolable. Al poco tiempo termino con su ducha y tomó una toalla para poder secarse, colocándose unos bóxers para dormir así.

En la mañana siguiente, Angelo se despertó mas temprano de lo normal, quería tener tiempo para así poder ponerse lindo para Scott, quería llamar su atención y que en algún futuro pudieran ser algo.

Termino de arreglarse, intento un peinado distinto, su uniforme estaba planchado y su persona estaba perfumada. Y así mismo emprendió su camino hacia su escuela solo, como no era de extrañarse su hermano lo había dejado solo otra vez.

El Prominente (gay)Where stories live. Discover now