Auto

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Disclaimer: Los personajes de esta serie de Drabbles les pertenecen a la Mangaka Rumiko Takahashi, en cambio la trama salió exclusivamente de mi mente loca e inspirativa. No se aceptan copias/plagio del mismo.

Summary: Pequeños relatos que te dejarán el cuerpo picando por más. Porque para Inuyasha y Kagome no importaba el lugar, ni el contexto, ni las personas a su alrededor, solo deseaban concluir el acto de máximo placer entre besos apasionados, gruñidos y un éxtasis delirante, expresando su mutuo amor mediante el calor de sus cuerpos. [Reto Kinktober 2020]

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La sintió rozarse más contra su cuerpo mientras sus manos femeninas desamarraban torpemente la corbata carmín en su cuello.

Él no tardó en guiar sus manos hacia sus tonificados muslos escondidos dentro de la falta de tubo.

Soltó un gruñido al recordar como sus socios miraban libidinosamente las piernas de su secretaria cuando ella entraba en las reuniones sirviendo el café.

«Ella es solo mía, nadie debe mirar con deseo su cuerpo»

Y con ese pensamiento en mente, desabrochó abruptamente los botones de su blusa rosa palo. Algunos cayeron sobre el piso del vehículo y otros seguían aferrándose a la tela que también desapareció del cuerpo femenino.

Corrió los breteles de sus hombros y el brasier se arrolló debajo de los montes de carnes que, sin dudar, besó y succionó febrilmente.

Un gemido provino de la garganta de Kagome y comenzó a desabrochar la camisa masculina, siguiendo sus pasos de forma abrupta.

Volvieron a unir sus labios salvajemente e Inuyasha se recostó aún más en el asiento del piloto. Ojalá que sus empleados no descubrieran lo que estaban haciendo en el estacionamiento de su empresa.

Pero es que no podía evitarlo. Desde que la vio, balanceando sus caderas inocentemente el día de la entrevista de trabajo, no pudo sacársela de su mente.

Solo ella lograba ponerlo duro en pleno horario laboral cuando le traía el café de tarde o cuando inclinaba su cuerpo, dejando en vista su buen tamaño de pecho, explicándole la agenda semanal.

Llegó el día en que no aguantó más y la terminó tomando encima de su escritorio. Aún recordaba la primera vez que hundió su miembro en su cálido ser, sabía que no podría volver a estar con otra mujer luego de aquella experiencia.

Cuando ella le confesó lo enamorada que estaba de él, no hubo vuelta atrás. Aún no decidían formalizar la relación, pero siempre que podían tener encuentros sexuales, no reprimían sus ganas.

Como ahora que, luego de pasarla a buscar a su departamento como todos los días, Kagome lo provocó acariciando juguetonamente su miembro cuando conducía en dirección al trabajo.

Volvió en si cuando la sintió recorrer su pecho desnudo con húmedos besos, ayudándose de su lengua. Soltó un gemido entrecerrando sus ojos dorados y la acercó más a su cuerpo queriendo retenerla ahí

Kagome aceptó la provocación y no dudó en liberar la palpitante anatomía del peliplata para luego recorrer, de arriba hacia abajo, su extensión.

Arqueó aún más su cuerpo viendo el movimiento constante de la intrépida mano femenina. De su garganta comenzaron a brotar jadeos roncos y guio sus manos al trasero de Kagome, apretando fuertemente sus nalgas. Deseaba que entendiera que no aguantaría más su tortura.

Ella aceptó la señal y, cómo pudo, descorrió su ropa interior para apresar el miembro erguido en su interior.

Inuyasha gimió sobre sus labios sintiendo el húmedo vaivén de las caderas femeninas. La dejaría tomar el control por la incómoda posición en la que se encontraban, aunque no podía negar que lo excitaba a grandes niveles verla montarlo como un caballo.

Ella posó sus manos sobre el respaldo del asiento buscando firmeza para acelerar el movimiento pélvico, sometiendo al peliplata en un delirio naciente.

Inuyasha no aguantó y guio sus manos hacia su trasero ayudándola a mantener un ritmo constante que necesitaba su palpitante entrepierna. Estaban cerca, pues sentía como la humedad de su centro de intensificaba.

La queja del asiento, el golpeteo de sus manos contra el manubrio y el roce de las telas que aún vestían se combinaron con sus sonoros gemidos.

—Si, si, si — ella se arqueó comenzando a sentir las sensaciones fluir en sus venas.

—Más rápido — logró decir el peliplata elevando sus caderas.

Ella acató sus súplicas y aumentó el vaivén de sus caderas guiando a ambos al clímax esperado.

Sintió cómo se corría dentro de ella mientras mordía abruptamente su cuello. Kagome soltó un fuerte gemido y recostó su cuerpo, en busca del calor emanante de su pecho y tratando de controlar su acelerada respiración.

Inuyasha se encontraba en igualdad de condiciones; los latidos retumbaron en sus oídos mientras su pecho subía y bajaba notoriamente. La abrazó cuando la sintió apegarse a él, ambos se mostraban exhaustos ante la acción.

Debían calmar sus cuerpos antes de comenzar una nueva jornada laboral, sin mencionar que ya llegaban con un retraso de media hora.

Fin

Palabras: 725

Notas de autor: Acá les traigo el drabble correspondiente al día de hoy. Debo admitir que tengo una obsesión con los roles de empleador-trabajadora en Inuyasha y Kagome, hasta incluso lo sentí como una "continuación" de mi one shot "Deseo fogozo".

Quiero agradecer a serena tsukino chiba y a Eiko Shiro por sus hermosos comentarios. Yo también quería que el drabble anterior fuese real, pero capaz que eso tenga solución y escriba una posible continuación real para la parejita.

¡Nos leemos mañana! No olviden dejar reviews, recuerden que es el mejor apoyo para un escritor.

A little spicyWhere stories live. Discover now