Sexo oral

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Disclaimer: Los personajes de esta serie de Drabbles les pertenecen a la Mangaka Rumiko Takahashi, en cambio la trama salió exclusivamente de mi mente loca e inspirativa. No se aceptan copias/plagio del mismo.

Fanfic participe del Kinktober 2020

Sexo oral

—¿Ya se durmió?

—Si, al parecer la visita a la aldea de la anciana Kaede la dejó exhausta.

—¡Perfecto!

Con determinación, los pies desnudos del hanyou se acercaron a la presencia femenina y rozó su tibio pecho con su espalda.

No evitó guiar sus labios hasta aquella porción expuesta de su cuello y refregó sutilmente su nariz aspirando el aroma dulce de ella.

—Hay que aprovechar el momento — susurró roncamente frente a su oído.

Kagome sintió como sus latidos se aceleraron cuando el cálido aliento de Inuyasha le golpeó contra su piel. Entrecerró sus ojos ante la expectación de su invitación candente.

Su cuerpo comenzaba a calentarse concentrando una fogosa sensación debajo de su estómago. No evito ladear su rostro hasta encontrarse con aquellas lagunas de fuego.

Sus pupilas brillaban de deseo y determinación. Ella anhelaba consumirse en el placer intenso que solo su cuerpo le podría otorgar.

Desde que la pequeña Moroha nació hace unos meses atrás, ambos no pudieron disfrutar al máximo de su intimidad. Aquella cachorra revoltosa exigía mucha atención y cuidado de parte de ellos que apenas lograban mantenerse despiertos en el futón al finalizar la jornada.

Pero esta noche todo cambiaría.

La shihanyou no resistió el cansancio que su cuerpo padecía y terminó dejándose llevar por los brazos de Morfeo, al parecer sus energías se agotaron al jugar con los hijos de Sango y Miroku.

Inuyasha no desperdiciaría esta oportunidad que Kami le regalaba, aunque digamos que a tal deidad no le agradaban tales actos.

Terminó acortando la distancia a sus labios y la devoró con ansias acumuladas. Básicamente la obligó a corresponder su beso con la misma intensidad apresando la nuca femenina y enredando sus garras en las raíces azabaches.

Ella no dudó en aceptar su arremetida y reacomodó su cuerpo para recibir de forma directa sus besos y caricias. Mordió en el proceso sus labios masculinos pues sabía de ante mano que aquella acción lo volvía loco de deseo y su ronco gemido se lo confirmó.

Sintió como la tomó en brazos desde sus muslos envueltos en aquellas prendas anchas y ella se apresó a sus caderas como un Koala. Ambos suspiraron en sus labios producto del inevitable roce entre sus intimidades.

Inuyasha comenzó un camino hacia el futón, a unos metros de la cuna de madera donde yacía su cachorra dormida. Recordaba que unos aldeanos se le obsequiaron como ganancia de sus trabajos.

Depositó el esbelto cuerpo de su compañera sobre aquel acolchonado lugar y comenzó a despojarse el mismo de sus trajes rojos.

Kagome se irguió con intención de ayudarle y él se dejó hacer. No había cosa más excitante que sentirse desnudado por sus pequeñas y juguetonas manos, aunque el primer lugar se lo llevaba su rostro descompuesto por el placer que él le proporcionaba.

Cuando el kosode beige abandonó su piel, sintió el contraste entre el calor de su pecho y la frialdad de la noche filtrándose por las maderas de la cabaña. Suspiró pesadamente cuando la humedad de la boca de Kagome le dedicó atención a sus pectorales y demás músculos que adornaban su abdomen.

Él se propuso liberar su cuerpo femenino de aquel traje de sacerdotisa y sus manos siguieron sus órdenes.

Cuando ambos se mostraban en igualdad de condiciones, el hanyou posó su cuerpo encima de la joven y unió sus bocas, en reacción a la arrebatada sed que le dio.

Sus lenguas se entrelazaron y los gemidos se liberaban entre sus labios. Kagome ladeó su rostro y presionó más su cabeza contra la almohada entregándose por completo a su aliento y besos apasionados.

Inuyasha recorrió cada rincón que su compañera le permitía y le otorgó caricias fogosas donde más requería, tomando la precaución suficiente de sus garras.

Una nueva determinación dominó el raciocinio de Kagome y no tardó en ejercer la presión necesaria para voltear el cuerpo masculino y dejarlo sobre el futón.

El inédito brillo resaltó las lagunas doradas y se acomodó mejor esperando el próximo movimiento de su compañera.

La joven sacerdotisa tomó entre sus dedos la dureza de su anatomía incentivando lo próximo en mente. El hanyou recostó mejor su cabeza disfrutando el tacto cálido de aquellas manos que tanto habían curado sus heridas de gravedad.

Se encontraba tan inmerso en las sensaciones de su cuerpo que tomó por desprevenida la larga lamida que Kagome le regaló a su miembro.

Sus ojos se abrieron de pronto y enderezó su cuerpo sobre sus codos observando el espectáculo que se venía.

Kagome sumergió su anatomía sobre su cavidad húmeda, comenzando un movimiento ascendente y descendiente en toda la extensión permitida.

—Kagome... ahh, joder...

Inuyasha enredó su mano derecha sobre la nuca femenina acompañando el movimiento rítmico que requería su excitación.

Su lengua se asomaba de vez en cuando y le dedicaba atención a su glande inflamado, ensalivando lo suficiente y así facilitar el desplazamiento.

Inuyasha gimió fuertemente y con su otra mano clavó sus garras en el futón en protesta. Sentía el orgasmo esperado muy cerca, pero no quería desprender su semilla, no aún.

Sin perder más tiempo, tomó el cuerpo desprevenido de Kagome y la posicionó de cierta forma que ambas intimidades quedarán a centímetros de sus rostros.

—Inuyasha ¿Qué hac...? Ahh — un gemido ahogó su curiosidad.

El susodicho le proporcionó una larga lamida sobre sus pliegues húmedos para luego dedicarle atención a su clítoris palpitante.

Ella retomó su acción y volvió a lamer y succionar el duro miembro de su compañero, separándose lo necesario para liberar sus gemidos sofocantes.

Ambos se dedicaron a otorgar la suficiente atención a sus intimidades rebosantes de placer hasta llegar al ansiado orgasmo. Jadearon consumidos por el clímax y por los espasmos que sus cuerpos generaban.

Kagome tragó lo más que pudo la semilla blanquecina del hanyou e Inuyasha lamió en demasía su intimidad estremecida y húmeda. Trataron de regular sus respiraciones para volver a la posición original y sonreírse como bobos enamorados.

—Cachorro travieso — admitió rozando su nariz contra la suya.

—Siempre contigo...

Fin

Palabras: 997

Notas de autor: ¡Tarde como siempre xD! Creo que me estoy planteando la idea de atrasar el horario de actualización.

No les puedo explicar la inspiración que el día de hoy (11/10) llegó a mi cuerpo, estoy tan contenta porque por fin pude terminar algunos drabbles que llevaba días atrasados. Este, en especial, fue producto de la inspiración y quise escribirlo bien explicito porque la palabra lo ameritaba :0

Quiero aclarar que este drabble esta dedicado a todas las personas que leyeron "Milagro en camino" y se quejaron del lemon fallido JAJAJAJA, en esta ocasión Moroha no los interrumpió y pudieron amarse como lo desean.

Como siempre, agradezco a todas las personas que leyeron y dejaron sus comentarios. Me alegra ver que les esté gustando el reto, me inspiran a seguir escribiendo y mejorar a fututo.

¡Nos leemos mañana! Seguramente con "preservativo" (la continuación de chocolate).

A little spicyWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu