Preservativo

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Disclaimer: Los personajes de esta serie de Drabbles les pertenecen a la Mangaka Rumiko Takahashi, en cambio la trama salió exclusivamente de mi mente loca e inspirativa. No se aceptan copias/plagio del mismo.

Fanfic participe del Kinktober 2020

Preservativo

Los cristales de aquella habitación se encontraban entumecidos y empañados en reacción al cambio brusco de clima.

El exterior se pintaba de un color blanquecino dejando en evidencia la reciente nieve acumulada que cayó, las temperaturas descendieron notoriamente resaltando aún más la estación del momento.

Pero dentro de la habitación femenina no eran consciente del frío del exterior. Cierta pareja conformada por un hanyou, proveniente del pasado, y una colegiala no dudaron en ofrecer su calor corporal para no sentir los efectos del invierno.

La cama era testigo de los besos largos y apasionados que ambos degustaban, en sincronía con sus lenguas revoltosas que no tardaron en descubrir los rincones de sus cavidades.

Ladeaban sus cabezas constantemente, buscando sentir aquella unión más profunda y placentera, humedeciendo cada poro de sus pieles.

Una prenda beige comenzó a desprenderse del cuerpo masculino ayudada de unas pequeñas manos. Inuyasha gimió cuando aquellas extremidades se deslizaron por su pecho desnudo, delineando cada músculo de su abdomen.

Kagome mordió sus labios degustando visualmente y por su tacto todo lo que el albino le ofrecía. No dudó en guiar sus labios a su cuello y repartir besos húmedos en él.

Inuyasha tomó sus glúteos sobre la falda tableada y arremetió contra su miembro duro, oculto dentro de sus pantalones rojos. La joven expresó su gusto mediante suaves suspiros y succionó con insistencia su cuello y clavícula, buscando la manera de marcarlo como su propiedad. Él también gimió por ello y por las sensaciones que rugían en su cuerpo.

Desde que ambos habían tenido aquel encuentro en la cocina, producto del sabor del chocolate y de sus labios, no volvieron a intentar nada.

Sota no solo había arruinado un momento íntimo, sino que gracias a ello el hanyou se mostraba tan arisco con Kagome. Ella sentía que su relación retrocedió varios casilleros dejando una incómoda tensión en sus conversaciones.

Aquello entristeció a la joven queriendo pasar más tiempo en su época para poder pensar con claridad sus sentimientos. Todo marchaba bien hasta que la presencia de Inuyasha se coló por su habitación, mudo de palabras y con intención de retomar lo que habían dejado en la cocina.

Ambos se dejaron llevar por las sensaciones y no tardaron en quedar medianamente desnudos sobre la cama.

Inuyasha no esperó más y la despojó de toda prensa que aún yacía en su cuerpo esbelto. Ella no se quedó atrás e imitó su accionar.

Volvieron a recostar sus cuerpos sudorosos y calientes sobre el mullido colchón para luego unir sus labios retomando el placer en cada poro de sus pieles.

Kagome le enseñó cómo complacerla con sus dedos, guiándolo en el proceso y no tardó en arquearse ante el tacto insistente del hanyou sobre su intimidad. La mano pequeña también se encontraba moviéndose sobre la dura y venosa erección de Inuyasha en sintonía con él.

Antes de llegar al orgasmo, decidieron frenar y proseguir con lo restante del acto. Justo al instante en que Inuyasha se preparaba para empalar su miembro dentro del interior de ella, Kagome lo frenó repentinamente.

Ante la mirada de reproche que él le dirigió, Kagome extrajo del del cajón de su mesa de luz un pequeño sobre cuadrado.

Abrió el envoltorio frente al curioso albino y agarró el borde de un objeto gomoso y transparente. Luego Kagome le pidió, más bien le exigió que se lo colocara sobre su anatomía.

—¿De dónde demonios sacaste eso? — inquirió frunciendo el ceño.

—Pues...

Su mente trataba de maquinar una respuesta certera, pero aquello era imposible. Estaba segura de que, si replicaba, él seguiría preguntado curiosamente.

Tampoco podía decirle que los había comprado porque siempre tuvo ilusiones de acostarse con él.

No, jamás admitirá aquello. No por el momento.

—Bueno, no es necesario saber de dónde lo saqué — se excusó restándole importancia. —Lo importante es que te lo coloques bien sobre tu... miembro.

Nuevamente sus mejillas se colorearon en tonos rojizos. Algo completamente irónico pues su nerviosismo desaparecía cuando se dejaba llevar por el calor y la pasión que aquel hanyou le transmitía.

—¡Keh! Yo no pienso ponerme cosas raras en esa zona — protestó toscamente.

—Pues entonces no me tomarás como tu mujer.

Tardó unos segundos en razonar lo expresado y no puedo evitar regañarse por su impulsividad ¿Por qué demonios tenía que decirlo de ese modo?

Inuyasha simplemente la observó intensamente procesando su declaración. Nunca en su vida llena de desgracias habría imaginado que Kagome, una joven que le brindó su cariño y compresión, tendría tales deseos por él.

Con una sonrisa arrogante, plasmada en sus labios, se acercó al rostro rojizo de la joven.

—Así que ¿Me deseas?

Kagome se desencajó por su valentía intrépida, pero no podía negar tal hecho. Ya no quería negar lo que su corazón deseaba por meses.

El albino la vio asentir sin palabras y besó sus labios felizmente. Si Kagome quería hacer el amor con él con aquella cosa la dejaría hacerlo. Confiaba plenamente en ella.

—¿Me ayudas a colocarlo? — le pidió una vez distanciados.

La joven reanudó una sonrisa y tomó con firmeza el preservativo para luego deslizarlo cuidadosamente sobre la erección de él. Inspeccionó que todo se encontraba en forma correcta y lo trajo consigo mediante el collar de dominación para volver a perderse en sus besos y caricias con frenesí.

Cuando sus cuerpos yacían nuevamente calientes y listos para la unión, unos sonidos raros llegaron al odio sensible del hanyou. Inmediatamente supuso que la familia de Kagome había vuelto a su hogar después estar desaparecidos durante toda la tarde.

En segundos, Kagome observó como Inuyasha se colocaba nuevamente su traje de forma desprolija y desaparecía por la ventana fugazmente. La frustración reemplazó la excitación en el cuerpo femenino y no tardó en bufar en reacción.

Inuyasha se encontraba igual de furioso recostando pesadamente su cuerpo sobre la rama del árbol sagrado. Pero no lograba distinguir si su estado de ánimo era por la reciente interrupción o por aquel objeto gomoso que se dedicaba a apretar tortuosamente su miembro.

¿Continuara?

Palabras: 999

Notas de autor: ¡MUAJAJAJA! Lo siento, pero no puedo evitar ser malévola con ustedes, Realmente quería que se concluyera su tan ansiada unión, pero no puedo con lo impulsivo y curioso que es nuestro Inuyasha, sin mencionar que OTRA VEZ los interrumpieron.

Me parece que seguirán el dicho "La tercera es la vencida" en el drabble de nombre "En el piso" ... ¡YES! Hay una continuación donde van a poder gozar de lo lindo, así que no se me pongan tristes que Kagome e Inuyasha van a perder su virginidad (aunque ya la perdieron durante todo el reto xD)

Agradezco a todos los que leen este fanfic, me hacen muy feliz al igual que sus comentarios. 

¡Nos leemos mañana con "silla"!

¡Los quiero bellezas!

A little spicyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora