𝑵𝒆𝒖𝒇

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Habían pasado dos semanas desde que comenzó a trabajar para el señor Louis, había sido difícil, realmente pasaba todo el día en esa casa, llegaba al departamento de Mitch muy tarde y se iba muy temprano.

Estaba empezando a cansarse, pero definitivamente debía de encontrar una manera, necesitaba el dinero, ya no quería depender tanto de su hermano y los niños . . . No iba a dejar a Cam ni a Jules.

Hoy era Miércoles, justo la mitad de la semana, había despertado y realizado toda su rutina mañanera, ahora estaba eligiendo que iba a ponerse, hace unos días su vientre creció considerablemente, varias prendas dejaron de quedarle; por ahora se pondría un vestido de manga corta, largo y ligero.

Se decidió por usar una sandalias de tiras delgadas, y tomó una chaqueta de mezclilla y una gorra.

Eso era lo suficientemente cómodo  para usarlo todo el día, ya debía salir casi siempre tardaba 15 minutos en llegar a la casa de los Tomlinson, Mitch seguramente lo iba a llevar.

–Harry vamos, debemos irnos o llegaras tarde– le llamó su hermano.

–Voy– Harry estaba buscando algo para Jules.

–Apresurate o llegaras tarde.

–Voy, ve por el carro y te veo en la entrada– ¿Donde había dejado el libro que compro? Estaba seguro de haberlo traído a casa anoche.

Ni modo se lo daría otro día a Jules, solo iría por agua para ya bajar con Mitch.

Al llegar a la casa de Louis, saco su llave y abrió la puerta, unos gritos inundaron sus oídos, provenian de la cocina.

–¡No quiero ir!– lloraba Camille, traía toda la cara roja y su ropa estaba manchada con lo que parecía fue su desayuno.

–Camille, vas a ir, no esta en discusión– reprimió severo el alfa– anda, sube a cambiarte esa ropa.

–Buenos días– saludó timidamente Harry, le ponían nervioso las peleas.

–¡Harry!– Camille corrió hasta el y lo abrazó.

–Hola alfita, ven vamos a cambiarte, no puedes seguir con esa playera llena de jugo– tomó su manita y la llevo hasta la habitación donde la sentó en la cama mientras sacaba la ropa.

–Toma cielo– le entrego un pants color rosa y una playera verde que tenía una ranita en el centro –¿Eso te gusta? O quieres que lo cambiemos–

–Esta bien– el omega salió de la habitación  mientras la niña se vestía de nuevo, fue hasta el cuarto del niño y lo vió ya despierto dentro de la cama.

–Hola J, arriba, vamos a tomar una ducha, para poder bajar a desayunar ¿si?– lo sacó de la cuna y lo desvistió para llevarlo a la regadera. Abrió las llaves para que el agua estuviera templada, una vez que estuvo lista metió al niño y comenzó a bañarlo con mucho cuidado.

10 minutos después ya estaba poniendole cremas y esencias en su pequeño cuerpo, colocó el pañal  y comenzó a vestirlo, le puso un pants igual al que le había dado a Cam y una playera roja que tenía catarinas por todos lados.

–Listo, vamos a ver a Camille, después desayunaremos e iremos a la escuela ¿bien?– a Harry le gustaba contarle lo que harian en el día, había leído que eso reducia el estrés en los niños pequeños, el que ellos supieran con anticipación los planes, y funcionaba.

Cargó al alfa y salieron hasta el cuarto de Cam, la niña estaba esperando a Harry sentada en la cama, ya estaba cambiada, ahora solo debían desayunar.

Después de alimentarse ya todos estaban más tranquilos, Louis seguía un poco molesto por el comportamiento de su hija pero supo disimularlo. El alfa mayor se fue y unicamente quedaron los tres, ahora debían subirse al carro para ir.

"Lovie" Where stories live. Discover now