𝑸𝒖𝒊𝒏𝒛𝒆

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Lloren ♡

Flashback, hace unos días.

Era un día relativamente normal, solo que hoy el vientre de Harry había amanecido más abultado de lo normal.

El omega estaba feliz, su bebé ya se notaba más. Él no se sentía avergonzado ni nada por el estilo, es más, él creía que era bastante valiente lo que hacía.

Amaba a su cachorro, lo adoraba con todas sus fuerzas y no podía esperar a verlo, tocarlo, olerlo; quería ver si sus ojitos iban a ser cafés o verdes, si su piel iba ser morena ó si iba a ser blanca. Anhelaba poder cuidarlo y protegerlo, cargarlo en sus brazos y darle todo el amor del mundo.

No podía esperar a que naciera.

Hoy debía elegir algo que ponerse era un día importante, Jules iba a tener una pequeña presentación en la escuela, el alfa no podría ir, pero él si.

Eligió un bonito vestido que le llegaba a la mitad de la pantorrilla, era blanco y tenía muchas pequeñas flores color morado, se puso unas botas estilo vaquero color café, puso una pañoleta tono uva encima de sus definidos y largos rizos.

El vestido se ajustaba de una manera preciosa a su cuerpo, resaltando a su no-nato cachorro.

Harry era un omega muy apuesto, y si a eso sumabas el hecho de que tenía gran sentido para la vestimenta, el chico podía tener de rodillas a quien quisiera.

Llegó a casa de los Tomlinson y realizo la misma rutina mañanera de siempre, llevó a Camille a la casa de Liam, le dio un beso en la frente y le deseo un buen día y se marcharon hasta la escuela de Jules.

–Buenos días– saludó a la beta que estaba sentada en la recepción, ella era la que más le agradaba de ese lugar.

–Buenos días– le sonrió y vió que Harry realmente no sabía que debía hacer –adelante, dejé a Jules en el salón que dice "conejos" y después va al auditorio que esta hacia la izquierda y puede tomar asiento donde prefiera.

–De acuerdo, muchas gracias– se adentró en el colegio por primera vez y supo porque el alfa había elegido esa escuela, era muy bonita, sofisticada pero sin llegar a lo aburrido.

Llego al dichoso salón después de unos minutos, y Jules comenzó a llorar cuando vio a su maestra.

–Ya cielo, tranquilo– trataba de calmar al niño mientras veía impaciencia en los ojos de la profesora –Jules, cariño, no me iré,  estaré sentado viéndote bailar ¿si?

Sintió como el alfita negaba contra su cuello.

–J solo será por un ratito pequeñito, solo bailaras y después de eso nos iremos ¿bien?

–Lo lamento, no hay tiempo de esto, Jules Tomlinson, adentró, si no entras y bailas él ya no te va a querer– dijo la maestra con voz tosca que hizo que el pequeño alfa se escogiera y aun con lágrimas en sus ojos entro al salón.

Harry estaba impactado, ¿cómo es que esa señora se había atrevido a decir esas cosas? Lo estaba chantajeando, eso no estaba nada bien.

Harry solo fue hasta el auditorio, se confundió un poco, la escuela era grandisima.

Al llegar eligió un asiento en la tercera fila de abajo hacia arriba, aún parecía que era temprano, no había mucha gente.

Su teléfono comenzó a sonar –¿Bueno? Oh Hola Louis, si ya estoy aquí, ¿Qué? Claro que grabaré, más tarde le muestro.

Paso más de 40 minutos cuando los niños comenzaron a presentarse, primero los grupos de niños más pequeñitos, de 2 a 3  añitos, la verdad es que había sido muy tierno y muy desordenado, el siguiente grupo que seguía era el de Jules, de 3 a 4 añitos.

"Lovie" Where stories live. Discover now