𝑽𝒊𝒏𝒈𝒕-𝑯𝒖𝒊𝒕

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No hacía falta decir que la casa era preciosa, lo qué más había sorprendido a Harry fue el hecho de que estuviera a dos horas de la ciudad.

Pero ni eso lo hizo dudar, él se mudará con los Tomlinson y la idea le encanta.

Estaban sentados en las escaleras de la entrada de la nueva casa, los niños jugaban "atrapadas" ó un juego asi y el cachorro Admes estaba acurrucado en brazos de Louis.

-¿Porqué aquí?- Harry cuestionó mientras veía a Camille reír.

-La vez que fuimos a la granja, pude ver lo mucho que todos se divertían, y los niños lo disfrutaron- no había más que sinceridad en su voz -¿Viste los corrales que están atrás? Le compraré un par de caballos a Camille.

-¿Un par?- Harry recordó cuando su padre le regaló tres corderos, le gustaba ponerles tutús y tiaras. Era divertido, hasta que su mamá los cocinó.

-Si, no lo sé, se los merece, ha sido una niña muy fuerte- suspiró - Aun no se que haré con lo de las escuelas, las clases comenzaron hace un mes y no he encontrado ninguna qué me guste.

-Las escuelas que has visto ahora quedan demasiado lejos, tal vez deberias de buscar unas más cercanas-

-Dios, eres tan inteligente omega, no se como eso no se me había ocurrido - la verdad es que realmente no había pensado en esa posibilidad.

-Lo sé

-Y tan humilde - ambos rieron y se dieron un beso, el cual se vio interrumpido por un grito.

-¡Mamá!¡Jules se volvió a convertir y me mordió!- la niña llegó corriendo, con la cara roja.

Un pequeño lobezno llegó trotando detrás de su hermana.

-Jules no muerdas a tu hermana, por los brillos, la puedes lastimar - sobó la manita de Cam y la niña volvió a irse a intentar trepar un árbol.

El lobito chilló y frotó su cabeza contra la pierna de su papá.

-Ya debemos irnos -Tomó a ambos lobeznos en sus brazos y comenzaron a caminar hacia el auto -Camille sube al auto, cariño

Manejaron durante mucho tiempo, cuando llegaron al departamento ya hasta había anochecido, los niños ya iban dormidos y Camille iba hablando, demasiado para ser una persona tan pequeña.

Cuando abrieron la puerta de la entrada, Harry deseó no haberlo hecho, su hermano estaba en el sillón con el bonito omega sentado encima de él, totalmente sonrojado.

-Dios, Camille cariño se me olvidó algo en el carro ¿puedes acompañarme por él? –el alfa huyó con sus tres cachorros de la incomoda situación.

–Harry . . . Y-yo – habló mientras se subía  la cremallera del pantalón, estaban avergonzado, muy avergonzado, nunca esperó que su hermanito lo encontrara en tan comprometedora situación.

–Solo váyanse a tu cuarto y no hagan tanto ruido– sostuvo su nariz con su indice y el pulgar.

La parejita avergonzada se fue a la habitación y el omega suspiró, abriendo todas las ventanas de la sala para que el olor a exitación se fuera.

–¿Mamá?– la voz de Camille sonó del otro lado de la puerta

–¿Si cariño?

–¿Podemos pasar?

–Si Cams– abrió la puerta.

–Jules sigue siendo lobo– lloriqueo, ya quería jugar a los disfraces.

–Tal vez mañana ya se transforme– el niño aún no controlaba bien sus transformaciones, podía pasar meses sin transformarse al igual que podía pasar días en su forma de lobo.

–Pero yo quería jugar

–Ya es hora de dormir, cachorra– la cargó – mañana podrás jugar.

Prepararon a los tres cachorritos para dormir y los acostaron con cuidado dejando un beso en la frente de cada uno.

Al salir de la habitación, fueron a la sala.

–Sabes, nunca pensé que vivirías conmigo, quiero decir, si lo pensé, pero eso era cuando trabajabas para mi– Louis se veía tierno cuando estaba tímido –Ahora es diferente, somos como una familia y me siento el alfa más afortunado del mundo por tenerte en mi vida.

–Gracias por habernos aceptado, a Admes y a mi, eso significa mucho. Eres un gran alfa Lou, no dudes de eso.

–Cuando te vi hoy, con ese sujeto encima de ti, todo se tornó rojo, aún me siento furioso por no haber podido ayudarte antes– tomó su rostro cerca – te amo Harry, y mi mundo se derrumbaria si tu te vas, yo te dí mi corazón desde el primer día que entraste a mi casa.

–Yo también te amo Lou, eres la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, tan apuesto y tan amable.

Se quedaron en silencio, solo apreciando la cercanía del otro, admirando lo bonitos que eran los ojos contrarios, cada pequeña facción era contemplada con sumo cuidado.

Hasta que Harry decidió romperlo –¿Crees que podría quedarme con Jules en casa hasta que él cumpla 6?– había pensado en eso durante muchos días, más bien, desde que pasó el incidente.

Louis había ido a dejar a Jules a la escuela, y después había ido a ver el asunto con Kayne.

Pero unas horas más tarde llamaron de la escuela diciendo que debían ir por el niño porque no dejaba de llorar.

Mitch se había ofrecido a ir por él, faltaba poco para que el cachorro de su hermano naciera, no quería ponerlo bajo mucho estrés.

Cuando llegó al colegio, los recuerdos azotaron su mente, él al  no ser un alfa rango A, su madre lo había metido en una escuela para que aprendiera a controlarse.

Estuvo esperando para que salieran a entregarle al niño, no tardaron mucho.

–Por favor dígale al señor Tomlinson que su hijo hablara sido expulsado de nuestra institución– las palabras pudieron haberle importado más, si no hubiera visto al pequeño mojado por su propia orina, con las lágrimas bañando sus rostro y un moretón formándose en sus manos.

Después de eso, todo había cobrado sentido para Harry y Louis, las constantes rozaduras que el niño presentaba, el salpullido.

El doctor había dicho que era "normal" y definitivamente no lo era.

En fin, ambos prometieron en silencio que eso no volvería a suceder, nunca. Ya habían fallado demasiado, pero ya terminaron de equivocarse.

–¿Tú y Admes y Jules?– quería que Harry lo considerara bien, Louis aún tendría que trabajar algunos días de la semana.

–Si

–No tienes que preguntar, sé que tú harás lo mejor para que Jules esté mejor, confío plenamente en ti, amor.

Un lloriqueo se escucho y ambos lo identificaron, era Admes.

–Anda ve a alimentar a nuestro cachorro antes de que despierte a los otros dos revoltosos – vió como harry se transformaba en su forma animal durante el camino a su habitación.

El omega no mentirá, el hecho de que Louis llamara a Admes "nuestro" lleno su corazón de felicidad.

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"Lovie" Where stories live. Discover now