𝑫𝒊𝒙-𝑵𝒆𝒖𝒇

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Especial de Navidad.

Advertencia:

Contiene muchooos spoilers.

–¡Mamá, Papá!– se escucharon dos gritos, pronto un par de chiquillo entraron corriendo a la habitación, con sus pequeños pies cubiertos de calcetines felpuditos y sus pijamas combinadas, que curiosamente complementablan las de sus padres.

–Amor– gimio Louis, aún era muy temprano para estar despierto –Diles que no estamos– pidió adormilado.

–Lou, no podemos hacer eso– rió levemente.

–Ugh okay– suspiró y dramáticamente se tapó los ojos con su brazo– ¡Adelante!

–Louis no grites– le dijo mientras que Cam y Jules se trepaba a la cama –Solo gritamos cuando . . .?

–¡Estamos en peligro!– los niños se carcajearon cuando Harry los vió con esa mirada.

Esa mirada de reprimienda.

–Bien pequeños gritones–los acercó más a su cuerpo y los abrazo –Hoy es nochebuena ¿estan emocionados?

–Si– le contestó Camille y Jules solo asintió.

–Palabras cariño– pidió amablemente.

–Si mami, emoción– usó su vocecita, su niño ya estaba usando mucho las palabras, desde que lo sacaron de esa horrible escuela, su cachorrito floreció.

–Eso amor– le dio un besito esquimal.

–¡Hey! Yo soy tu amor– dijo el fuerte alfa con su ceño fruncido.

–Hoy es el cumpleaños de papá ¿sabían eso?– les susurro el omega a sus pequeños hijos.

–¿Cumplaños?– J inclinó tiernamente su cabecita.

–Cumpleaños, cielo– corrigió –¿vamos a abrazarlo si?

–Kay– a la cuenta de tres, se lanzaron hacia Louis dándole un gran abrazo.

–¡Feliz cumpleaños!– esta vez Harry no dijo nada sobre los gritos, por esta ocasión.

–Gracias, son el mejor regalo que podría pedir– les devolvió el abrazo – ¿pero me compraron pastel, verdad?

Los tres, el omega y los dos alfitas se vieron sorprendidos, no habían comprado pastel.

–¿No me compraron pastel?– preguntó fingiendo enojo.

Jules comenzó a reír –no– y continuó riendo, contagiando a todos con su bonita risa.

Pronto un llanto se escuchó a lo lejos, lo cual significaba una sola cosa. El bebé había despertado.

–Yo voy– tranquilizó Louis al ver que su omega y sus cachorros tan acurrucados en la cama.

Salió de la habitación vistiendo su pijama roja que tenía muchos patrones navideños, Harry había insistido en que debían usar pijamas combinadas, era su primera navidad juntos y por eso era importante que fuera especial.

De hecho la casa parecía vomito navideño, guirnaldas de palomitas y arándanos, luces, escarcha, cascanueces, y miles de otras decoraciones.

Entró al que era provisionalmente el cuarto de su pequeño cachorro había una cunita de madera en el centro de la habitación, donde el cuerpecito del bebé estaba.

Su alfa rugiendo de felicidad al oler el suave y dulce aroma de su cachorrito.

Tocó su pancita, para indicarle que ya estaba ahí, lo cargó con muchísimo cuidado, se veía tan, pero tan delicado, era pequeñísimo en comparación de lo que fueron sus otros hijos.

"Lovie" Where stories live. Discover now