Después de "hablar" con Sebastián me fui a mi casa, insistió en llevarme pero preferí irme sola, le dije que lo mejor es que se quedará a dormir un rato, al final acepto no muy convencido, y es que la verdad es muy terco.
Hize algunos de mis deberes, aún tenía tiempo para arreglarme, me metí a bañar, eh hice mi rutina de baño, no decidía por qué vestido ponerme, no es que tenga muchos pero se me hacía un poco difícil. Preferí mejor maquillarme y alaciar mi cabello, me gustaba mucho traerlo así, bueno esque la verdad no sé hacerme peinados así bonitos, por eso mejor me voy por algo más fácil.
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(Algo así)
Ocho quince, opté por un vestido negro con brillos, me gusta todo lo que contenga brillos, tome mi bolso y guarde lo necesario, mire mi teléfono, tenía un mensaje de Sebastián.
Espero que estés lista Voy en camino. Te quiero ❤️
SC.
Sonreí, me mire por última vez en el espejo, baje y me despedí de mi mamá y mi hermano, esperé unos minutos y escuché el claxon, abrí la puerta, los nervios llegaron a mi, creí estar segura, pero al parecer no, cerré la puerta y camine hacia el, que esperaba recargado en el cofre de su coche, no despegaba su mirada de mi, y eso me hacía sentir aún más nerviosa, le sonreí.
- Hola - llegué a su lado, se puso frente a mi y me tomo por la cintura.
- Hola... Estás hermosa - me sonroje, rodé su cuello con mis manos; no se si estaba bien lo que hacía, pero me encantaba estar así con el.
- y tú estás muy guapo - que sabias palabras. Me abofete mentalmente por lo que acaba de decir, pero esque estar en esta situación me pone tonta.
Beso ligeramente mis labios se separó de mi, y me abrió la puerta de copiloto, lo ví rodear el coche y subir, lo encendió y comenzó a conducir, no sabía exactamente a dónde iríamos, pero lo importante era disfrutar este momento con él.
- A dónde iremos - pregunté. Mi curiosidad ganó.
- Primero me gustaría ir a cenar, te parece - se detuvo en un semáforo, tomo mi mano y plantó un beso en ella. -... No e comido, y esque mi bella chica de servicio no me dejó la comida echa - me miró haciendo un puchero, rei ante su expresión.
- Déjeme aclarar que usted me dió el día libre - sonrió, apartó su mirada para volver a conducir.
Después de eso ninguno volvió hablar, después de unos minutos llegamos aún lindo restaurant, elegante se podría decir, bajamos los dos, esperé a que llegara a mi lado mientras aseguraba su coche, tomo mi mano y caminamos a la entrada, estaba una chica en el marco de la puerta con una lista en sus manos.
