Mɪ Dᴇʙɪʟɪᴅᴀᴅ || 𝑆𝑒𝑏𝑎𝑠𝑡𝑖𝑎́𝑛 𝐶𝑜́𝑟𝑑𝑜𝑣𝑎

-19-

"¿Quieres ser mi novia?"

¿Yo? ¿Novia? ¿De Sebastián Córdova?.
Lo mire más cerca de mi, sonreía como nunca antes, brinco una pequeña valla y subió a dónde estábamos.

— No manches mensa, reacciona ahí viene Sebas — me sacudió para salir de mi trance.

— Ya Linda.

Sebastián llegó a mi lado, sin pensarlo lo abrace, besándolo, como respuesta.

— Obvio que quiero ser tu novia — me separé de él.

— No tienes idea de lo mucho que te quiero — sonrió, beso mis labios, y volvió a la cancha.

No podía con tanta felicidad, por fin era su novia, claro que quería llorar, pero no era el lugar para hacerlo.

Si tonta, no es lo que más deseabas.

!Daah! Reacciona.

— !Mi cuñado es Sebastián Córdova! — grito mi hermano mirando a todos los aficionados.

— Cállate menso — le di un zape.

Seguimos disfrutando lo que quedaba del juego, al terminar, los chicos se fueron a los vestidores, el marcador final 2-0 ganadores las águilas del América, nos esperamos a que toda la gente se marchara, pues era un caos para salir.

— T/N, Jorge me acaba de mandar un mensaje, que el y Sebas, nos esperan en los vestidores — dijo viendo su teléfono.

— Entonces vamos — tome la mano de mi hermano, y fuimos con los chicos.

Caminamos despacio detrás de la gente que salía, algunos murmuraban, supongo por lo que pasó con Sebas, como pudimos salimos de ahí y caminamos a los vestidores.
Se escuchaban los festejos por parte del equipo, me imaginé a Sebas, celebrando con una gran sonrisa.
Después de un rato comenzaron a salir los jugadores ya cambiados.

— T/N por favor, pídeles una foto para mí si — sonreí al verlo así.

— solo por qué es tu cumpleaños — asintió.

No sabía a quién pedirle la foto, a ninguno conocía, pude reconocer a Álvaro Fidalgo venía acompañado si mal no recuerdo de Federico Viñas, respire Ondo y me acerqué a ellos.

— Hola, podrían tomarse una foto con mi hermano, si no es mucha molestia — mis manos sudaban, los dos sonrieron y asintieron.

Le hize señas a mi hermano para que se acercará a nosotros, llegó corriendo.
Se puso en medio de los dos, con una sonrisa de oreja a oreja, les tome la foto.

— Listo, muchas gracias — chocaron puños con mi hermano.

— Y tú no quieres una foto — pregunta Álvaro mirandome con una sonrisa.

— Pues ya que estamos aquí — le pase el teléfono a mi hermano y me puse enmedio de ellos, sentí una mano en mi cintura apretándome más a su lado, mire de quién era; Fidalgo.