Una nueva vida

0 0 0
                                    

Tras aquella mágica noche, la vida de Valeria y Henry había cambiado drásticamente. A partir de entonces se organizaron para próximos conciertos, ensayaron juntos... La mirada de Henry se había vuelto más brillante. A veces se preguntaba si había desperdiciado su vida anterior, se sentía culpable por no haber aprovechado su talento desde el principio. "Está bien", le decía Valeria, "No habrías llegado a lo que eres ahora si no hubiera existido el Henry de antaño".

Pero los conciertos no lo eran todo para ellos. Las investigaciones de Chicle les hacía preguntarse si existía la posibilidad de volver a casa. Hasta entonces, habían descubierto la presencia de pequeñas cámaras voladoras, a las que llamaron nanodrones, aunque todos ellos inactivados, aparentemente de forma temporal. La tecnología con la que estaban construidos era una versión mucho más avanzada que la de aquel pendrive que Valeria le prestó a la princesa. La investigación realizada daba lugar a una hipótesis esperanzadora: la reactivación de los nanodrones serían clave para volver a casa.

Solamente Chicle, Finn y Jake sabían lo de los nanodrones a parte de ellos dos. Se debatían entre hacérselo saber al mundo o callarse el secreto para no alarmar a nadie. Los dos visitantes humanos habían quedado psicológicamente marcados al descubrir que habían crecido en una mentira. Y sin embargo, el deseo de volver a casa les proporcionaba cierta serenidad y los conciertos les hacían no pensar en el resto.

Una tarde, Chicle los llamó a su laboratorio.

- Tengo buenas noticias. – Comenzó a decir. – He conseguido entrar a la memoria interna de la cámara. Al parecer, está conectada a una especie de red virtual vinculada con el resto de cámaras. – Entonces, Chicle encendió una pantalla holográfica en la que se veía el interior de aquella red. – Para mi sorpresa, todo está meticulosamente ordenado. Echadle un vistazo, si queréis.

Los dos artistas vieron sorprendidos aquella sorprendente red virtual. Se trataba de una inmensa cantidad de grabaciones, todas ellas ordenadas meticulosamente. Aunque lo que realmente les sorprendió fue el hallazgo de grabaciones hechas en otros lugares diferentes, en otras "series de televisión". De repente, entre aquellas carpetas, hallaron un archivo suelto, separado del resto. Chicle prestó suma atención, pues aquel era un detalle del que no se había percatado anteriormente. Decidieron acceder a él, mas les fue imposible. Aquel archivo parecía estar encriptado.

- Trabajaré para encontrar la forma de acceder al archivo. – Dijo Chicle. – En cuanto sepa algo más, os avisaré.

Valeria y Henry salieron del laboratorio, pensativos al haber descubierto tanto. "Tal vez exista alguna forma de saltar a otra serie" pensaban. "Tal vez también podamos saltar a casa". Regresaron a la cabaña de madera para seguir ensayando. Mas no pudieron ensayar, pues la mente de Valeria se turbó de una gran preocupación: si los nanodrones despertasen, quienquiera que hubiese fuera se daría cuenta de que ellos sabrían la verdad, e irían tras ellos, tal vez no con buenas intenciones.

- ¡Espérame aquí, Henry! – Le dijo a su amigo. – Me he dejado algo pendiente en Chuchelandia.

Salió corriendo hacia aquel reino, mientras un escalofrío sofocante no paraba de recorrerle el cuerpo una y otra vez. Debía avisar a Chicle cuanto antes, pues tal vez sin quererlo se encontraban en grave peligro.

Tele-artistasWhere stories live. Discover now