A la espera del despertar

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Habían pasado ya tres días desde que los dos amigos se refugiaron en el búnker. Allí tenían todo lo necesario para pasar los días sin enloquecer: una consola, libros, el equipo de música que habían utilizado aquellos tiempos atrás... Los mantenía a salvo del despertar de aquellos dispositivos un fuerte campo magnético que Chicle había instalado alrededor del laboratorio y del búnker. Cada día, cuando la princesa les daba vía libre, salían al laboratorio a ayudarla a acceder a aquel archivo. Intentaban mantener la calma y la cordura a la vez que lidiaban con una sensación de peligro y angustia permanente, mas la falta de luz natural y de descanso les estaba empezando a costar caro.

Tercer día ocultos, tras comprobar como siempre que los nanodrones permanecían inactivos, Chicle activó un campo magnético mayor, el cual afectaba a todo el laboratorio. Acto seguido, llamó a los dos jóvenes. Valeria y Henry subieron las escaleras y salieron a la superficie. Era momento de seguir con el mismo trabajo de siempre.

Sin embargo, esa vez el resultado fue diferente a los cientos de intentos previos. Por primera vez, pudieron contemplar qué era lo que escondía aquel archivo.

La pantalla holográfica mostró algo que los dejó atónitos: un universo entero de mundos creados por los responsables de los nanodrones. Cada planeta recibía el nombre de un canal de televisión, y en el interior de cada uno existían regiones, países, correspondientes a series, películas... Y no solo eso, también mostraba un apartado en el que se mostraban todos los nanodrones existentes y su estado. En otros planetas parecía que los nanodrones no habían sido afectados por el incidente. Menos en el suyo, el único donde se había abierto una brecha entre dos mundos.

- Si mis suposiciones son ciertas, una nueva brecha desde aquí hacia otro mundo desactivaría los nanodrones de ambos sitios. – Dijo Chicle. – Puede que creando un evento similar a lo que os ocurrió, eso sea posible... Y entonces tal vez podáis regresar.

Un rayo de esperanza había inundado los corazones de los dos jóvenes. Tras aquellos largos días en la sombra, parecían ver un leve destello en el horizonte, la posible luz al final del túnel. El siguiente paso sería recrear aquella brecha.


En lo más profundo del bosque, un portal apareció de la nada, dando paso a una mujer de unos 35 años de edad. Sacó un extraño artilugio de su mochila, el cual detectó un nanodrón. Tras comprobar que tal y como sabían desde el otro lado, el aparato estaba desactivado, sacó su móvil de su bolsillo y accedió a un mapa de Ooo, el cual mostraba una marca en ciertas coordenadas de los campos de Ooo: la zona cero de la energía que provocó la caída de todas las máquinas. Puso rumbo a los campos, tratando de buscar una respuesta.

Su nombre: Marleen. Su objetivo: Encontrar la causa de la caída de todos los nanodrones de aquel mundo y a la persona responsable del acceso no autorizado a la base de datos de éstos.

Tele-artistasWhere stories live. Discover now