Su canción

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Henry entró por la puerta de la cabaña lentamente, buscando con la mirada a Valeria. La llamó, mas ella no contestaba. Le pareció extraño, por lo que empezó a buscar por las habitaciones. Solamente tuvo que buscar en una para dar con ella. Allí estaba, con sus cascos puestos, comprobando qué era capaz de hacer el nuevo artilugio además del típico karaoke. Valeria, al ver a Henry, se quitó esos cascos y dejó de lado todo lo que estaba haciendo.

- Perdóname por lo de antes. – Se disculpó Henry. – Sí que quiero cantar contigo, pero solamente contigo.

- Lo sé, tranquilo. No te obligaré a cantar delante de nadie más.

Henry miró al suelo cabizbajo, recordando las palabras de Finn. Valeria no dijo nada más. Solamente volvió a su equipo de música. Mientras tanto, Henry se repetía en su cabeza aquellas palabras una y otra vez, aunque sin conseguir absolutamente nada, ya que el miedo se había apoderado de él hace demasiado tiempo y cada vez se aferraba más a su corazón. De repente, una melodía lo sacó de sus pensamientos. Era aquella, su canción, la única que Henry y Valeria tenían en común. Ella se sentó entonces en una esquina, escuchando esa canción mientras cerraba los ojos y dejaba volar su mente. Él la observaba. ¿Cómo es que podía estar tan en las nubes? Desde luego, la música parecía liberarla de todo. De repente, Henry comenzó a sentir vibrar su corazón, una sensación que le viajaba hasta el estómago. La miró más fijamente. "¿Solamente tengo que... dejarme llevar?" pensó. Aquella sensación en su estómago comenzó a empujarle hacia arriba. Y él seguía pensando, cada vez más inquieto, qué era lo que él realmente quería. Entonces, dejó de darle vueltas a lo que estaba pasando dentro de él, y cogió los micrófonos. En ese momento, comenzó a cantar, y se acercó a Valeria para darle el suyo. Ella, al ver cómo le tendía su mano con el micrófono, sonrió. Lo había conseguido. Henry estaba cantando sin que ella le hubiese dado un primer empujón como siempre. El, al ver aquella sonrisa, se dio cuenta. No quería cantar por ella. Quería cantar con ella. Era todo lo que quería todo esos años. Aquel miedo que lo llevaba atormentando ya se estaba desintegrando lentamente. No quería detenerse, quería cantar sin parar, pues aquello de lo que se estaba desprendiendo le producía sensaciones positivas que llevaba muchísimos años sin sentir.

Y entonces cantó más aún, olvidándose de todo su alrededor, ya no existía aquella cabaña ni aquel mundo de dibujos, y nada de lo material importaba. Valeria comenzó a acompañarlo, a cantar con él, feliz de lo que había conseguido. Jamás había visto a Henry tan motivado. Al terminar la canción, ella se dirigió a su amigo:

- No hace falta que digas nada. Hoy he podido entender muchas cosas. Ahora se que no necesito pedirte nada para motivarte, pues acabo de ver al Henry sin disfrazar que soñaba con ver siempre. Y eso me hace muy feliz.

Henry permanecía en silencio, con lágrimas en los ojos tras experimentar tantas cosas de nuevo. Desde luego, jamás pensó que llegaría a descubrir tanto con la música.

- Tú eres el que mejor sabe lo que quieres, aunque no lo creas. – Continuó Valeria. – Sigue a tu corazón sin miedo, ha llegado la hora de demostrar quién es el verdadero Henry.

Tras aquel momento inigualable en la historia, ambos abandonaron aquella habitación, felices de sus logros. En cuestión de minutos todo se había vuelto más fácil. Y Henry deseaba mostrarle al mundo real aquello que llevaba metido en un cajón de su ser durante tantos años. No sabía cuánto tiempo estarían atrapados en aquel mundo, aunque en aquel momento el objetivo era disfrutar, pues la vida le había dado esa oportunidad.

Tele-artistasWhere stories live. Discover now