Ensayo antes de la fiesta

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Los jóvenes Henry y Valeria regresaron a casa, esta vez con el instrumento principal para su nueva vida en el país de Ooo. Cuidadosamente, lo colocaron en una sala vacía. Tenía las dimensiones perfectas para simular un escenario. Valeria y Henry prepararon el equipo de música para hacer la primera prueba. No eran unos expertos a la hora de inventar canciones, pero sí a la hora de cantar. Por eso, Mia escogió una de sus canciones favoritas, interpretadas por cantantes del mundo real. Como lo que pasaba en Ooo se quedaba en Ooo, no les importaba cogerles prestadas las canciones.

– ¿Quieres probar tú también?- Le preguntó Valeria a su amigo.

– Mmm... Vale, pero sólo probar. No quiero formar parte del ensayo.

– No, no, yo decía una prueba de sonido nada más. Vamos a empezar con el volumen bajo y gradualmente lo vamos a ir subiendo si esto suena bien.

Henry cogió un micrófono, Valeria el otro. El USB estaba conectado y listo para la prueba de sonido. Del botón de encender salió una luz que cambiaba continuamente de color. El sonido al mínimo, el USB enchufado... Al instante se encendieron dos pantallas táctiles a cada lado del USB. Justo debajo de las pantallas, se hallaba un botón capaz de desplazarse a derecha e izquierda, situándose debajo de una pantalla o de otra. En seguida, Valeria supo de qué se trataba esa parte del equipo: era un sistema de crossfade. Se le iluminó la cara, ya demasiado ansiosa por probar tal incomparable máquina. Empezó probando el micrófono, cantando una canción sin reproducir aún su música:

– Soy yo...

– El que no para de llamarte...- siguió Henry.

– Porque no he podido olvidarte desde aquel día en que te vi. Soy yo...

– El que solo sigue soñando...

– Tu también te estás enamorando de mí. Y hay algo en ti que me arrebata-bata

– Baby tú me tienes loco, loco...

– Tú me inquietas y se nota-a-a, y si tu y yo ya estamos aquí... Hey dj, póngale la música que le gusta, una para que se mueva y se luzca, baila conmigo, solo conmigo...

De repente pararon durante unos instantes, ya que Henry se había percatado de que Finn estaba observando desde la ventana. Valeria se alejó del equipo de música para abrir al héroe.

– No he podido evitar acercarme. -Comentó Finn.- Es que cantáis demasiado bien.

Henry y Valeria se miraron unos instantes. Luego Valeria propuso:

– Ya que estás, ¿quieres quedarte a escuchar la prueba de sonido?

– Me encantaría.- Respondió el muchacho.

– Entonces no cantaré más.- Interrumpió Henry.- En intimidad mira, pero no quiero que me escuche nadie más, que canto fatal y me da vergüenza.

– ¡Oh, venga ya, Henry! ¡Si cantas de lujo! ¿Por qué no me crees?- Se quejó la muchacha.

– No te creo porque se que eso no es verdad, canto fatal, me gustará cantar y todo lo que tú quieras, pero no quiero hacer el ridículo.

– Henry...

– Suficiente prueba de sonido por mi parte, Valeria. Sigue sin mí, total, no iba a cantar...

Henry salió por la puerta de la sala de ensayo. Finn, muy callado ante aquellas palabras de Henry, observó cómo cerraba la puerta y se alejaba de la habitación.

– ¿Por qué dice todo eso?- Preguntó el chaval.

– Henry siempre ha sido así. Desde que era pequeño siempre ha sido muy tímido y callado. Créeme, yo lo conozco desde que tengo conciencia propia, y me he dado más que cuenta de que teme hacer cosas delante de los demás por el qué dirán. Necesita coger confianza con las personas para poder ser él mismo, sentirse aceptado. Y tampoco es que tengamos los mismos estilos en cuanto a la música. Él dice que aún no ha encontrado el suyo, que todo lo que escucha hoy en día, aunque se sepa la letra porque mis amigas y yo las cantamos siempre, no le llama mucho la atención. Pero la verdad es que se inclina mucho hacia las canciones antigüas y la música clásica. Y bueno, también le gusta bastante las canciones que salen en la televisión. Yo llevo diciéndole desde hace muchísimo tiempo que tiene un don cantando, pero no se aprecia a sí mismo en cuanto a su voz. Tal vez sea porque cuando le cambiaba la voz le salían demasiados gallos, no lo sé.

– Jo tío, pues es una pena... Creo que hablaré con él esta noche, a ver si al menos vence algo a la timidez.

– Tal vez lo consigas. Pero no te hagas muchas ilusiones, ni nuestras amigas ni yo hemos conseguido que se de cuenta de lo que vale.

– Bueno, ¿me cantas algo? A ver si Henry se anima con tu voz.

– Está bien.

Valeria seleccionó entonces una base para poder cantar. Eligió la primera que se le vino en mente, solamente quería seguir probando el nuevo artilugio que tenía al alcance de sus manos. Entonces, dejándose llevar por la música, despegó suavemente los labios, y su voz comenzó a brotar:

– Hoy en la tele han dicho que el tiempo está mal, que va a diluviar. Cuando abro la ventana respiro humedad, va a haber tormenta. Y esta noche creo que la luz se va, se va. Enciende las velas y saca la linterna-ea... Miro al cielo ya, está brillando, mira, está brillando, mira, miro al cielo ya-a-a, está tronando, mira, está tronando, mira. Sé que no, sé que no debería estar en la azotea mirando y miro al cielo ya, y me estoy mojando, mira, me estoy mojando hay tormenta.

– ¿Te gusta la tormenta?

– Me gustan los apagones, a los rayos les he cogido asco.

– Sigue cantando, por favor.

– Ves rayos cruzando el cielo, lo quieres grabar, muy de madrugá. Lo sientes tan cerca que crees que te va a alcanzar y lo vas a tocar. Y esta noche creo que la luz se va, se va. Enciende las velas y saca la linterna-ea... Miro al cielo ya, está brillando, mira, está brillando, mira, miro al cielo ya-a-a, está tronando, mira, está tronando, mira. Sé que no, sé que no debería estar en la azotea mirando y miro al cielo ya, y me estoy mojando, mira, me estoy mojando hay tormenta. Dedito arriba si te ha gustado, dime si te ha gustado, dime. Di si quieres más, con Valeria al mando, dj Valeria al mando, dj. Miro al cielo ya, está brillando, mira, está brillando, mira, miro al cielo ya-a-a, está tronando, mira, está tronando, mira. Sé que no, sé que no debería estar en la azotea mirando y miro al cielo ya, y me estoy mojando, mira, me estoy mojando hay tormenta.

Finn se levantó de su silla en seguida y se puso a aplaudir con fuerza.

– ¡Bravo!- Gritó, entusiasmado.

Ella, tras terminar la canción sonrió. Una potente energía estaba brotando por su cuerpo, provocándole una sensación que jamás había experimentado previamente. Apagó el equipo de música y le pidio a Finn:

– Busca a Henry, por fa. A ver si eres capaz de conseguir que crea más en sí mismo.

Tele-artistasWhere stories live. Discover now