005.

1.7K 115 8
                                    

28 de septiembre, 2020.
Sochi, Rusia.

Max Verstappen.

— Anda, Max, una vez más. — Bradley indica botando una de las pelotitas de tenis antes de sostenerlas a todas en sus manos.

Tomo un trago más de mi agua antes de dejar la botella sobre el pavimento y pararme frente a mi entrenador.

— ¿Listo? — me pregunta. Asiento. — Va, en 3, 2, 1... ¡ya! — y así empezamos una vez más con el ejercicio de reacción y coordinación tan popular.

Desconozco el tiempo que estuvimos haciéndolo pero mis músculos se relajaron en el momento en que Brad me mandó a descansar en mi garaje hasta que sea momento de prepararme para la carrera. Palmeo uno de sus hombros antes de encaminarme hacia mí destino.

Camino observando a mi alrededor, veo al resto de pilotos terminando sus entrenamientos pre carrera, a los reporteros y camarografos por todos lados, familiares, amigos y parejas nuestras caminando tranquilamente por el paddock. Todo indica que es un día común y corriente de F1.

— Hey, hola. — saludo a mis técnicos cuando entré al garaje. Algunos me devolvieron el saludo con sonrisas, otros con palabras. Observo el garaje a mi par, de AlphaTauri, y veo la cabellera rubia teñida de Pierre así que, como aún queda un tiempo hasta el inicio de la carrera, decido acercarme.

— ¿Qué tal, hermano? — sonríe el francés al verme. — ¿Ya acabaste tus entrenamientos?

— De hecho sí, ¿y tú? — Pierre asiente en respuesta y luego ya empezamos una charla de lo más trivial, siempre somos así, con Pierre tengo mucha facilidad para hablar y ser yo mismo al igual que con Dan, por eso es que disfruté mucho siendo compañero de equipo de ambos, jamás me aburría.

¡Hola chicos! — ambos miramos hacia la entrada del garaje aunque sabemos que ese saludo en español y tan eufórico solo podía venir de una persona: Fausti.

— Hola. — saluda Rosario detrás de su amiga. Ambas se adentraron al lugar y se acercaron a nosotros, y yo no puedo sacarle los ojos de encima a la belleza de Rosario. — Si sacas una foto te dura más. — salgo de mi trance y noto que tiene una de sus cejas levantada mientras me mira un tanto seria.

— Ah, bueno, si tengo tu permiso. — saco mi teléfono de un bolsillo y abro rápido la cámara para sacarle una foto, pero ella blanquea sus ojos antes de mirar hacia otro lado con su mejor cara de culo.

— Tenso... — murmura Pierre. — Am, ¿ya saludaron a Lando? Hoy trajo un fútbol de mesa, no me pregunten cómo lo cargó en su auto pero vayan a jugar que está divertido.

— ¡Amo el fútbol de mesa! — exclama Rosario con un brillo en sus ojos. Se acerca a Pierre y lo abraza. — Éxitos hoy, teñido. — sonríe dulcemente a mi amigo antes de voltearse hacia mí, y ahí su rostro cambia completamente. — Suerte, Max. — y en lugar de un abrazo lo que recibo fue un asentimiento de cabeza antes de que se retirara.

Faustina nos abraza y desea suerte a ambos antes de seguir a su casi hermana.

— Vaya que la cagaste, no quiere ni hablarte. — menciona Pierre apenas estuvimos solos.

Asiento. — Lo sé, soy un imbécil. — me encojo de hombros.

— Y orgulloso. — suma Pierre.

— ¿Hablamos de Max? — Daniel entra al garaje con su indumentaria de Renault. — Si es así, también es muy egocéntrico.

— Y a veces hace bromas demasiado pesadas. — Pierre señala.

— Pero así lo queremos. — concluye el australiano con su sonrisa de comercial.

IT HAD TO BE YOU • Max Verstappen.Where stories live. Discover now