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¡Advertencia! Si estás leyendo mi otra historia "Aunque ya no estés aquí" y vas en el capítulo 15, o antes, te recomiendo no leer aún este capítulo ya que sino tendrás spoilers.

29 de diciembre, 2020.
Perth, Australia.

Rosario Cammacho.

Bajo las escaleras de la hermosa casa que Dan tiene en su ciudad natal, es muy hogareña y la verdad es una lástima que esté vacía la mayor parte del año. Llego a la cocina y me encuentro con Cassie mezclando algo en un bowl, no tengo idea de qué sea pero mi estómago ruge por lo rico que huele, y eso que aún ni siquiera está horneando, friendo o lo que sea que vaya a hacer con eso.

— Buen día, Cass. — le sonrío. La rubia levanta la vista recién percatandose de mi presencia ahí.

— ¡Buen día, Rosario! — saluda feliz.

— ¿Qué estás haciendo? — miro curiosa la mezcla y ella ríe leve.

— Mis waffles especiales.

— Oh, ¿para todos? — ruego mentalmente que diga que sí, muero por comer esa delicia pese a que no sé qué los hará "especiales".

La rubia asiente por lo que le agradezco y preparo para tomar unos mates hasta que eso esté listo.

— ¿Quieres? — le ofrezco uno. Ella lo mira durante unos segundos antes de encogerse de hombros.

— Siempre me causó curiosidad esto así que claro, ¡gracias! — me sonríe y agarra el mate. Miro atenta cómo bebe por la bombilla, primero lo hace con un poco de desconfianza pero al final sonríe sorprendida. — Wow, sí que es rico. — bebe de nuevo. — No me enojaré si me regalan uno para mi cumpleaños.

Río despacio y asiento. — Dalo por hecho.

— ¿Se cayeron de la cama? — Max aparece en la cocina con su torso desnudo, shorts y zapatillas deportivas.

— Claro, sí, hagamos de cuenta de que no soy siempre la primera en levantarse. — dice Cass sarcástica. Eso me hace pensar, ¿acaso vivirán juntos?

Max, riendo, se acerca a la rubia y besa su cabeza. Es notorio el inmenso cariño con el que lo hace, y a decir verdad ver eso me provoca algo que no sé qué es. Aparto mi mirada de ellos.

— Me voy a correr, guardenme unos cuantos waffles, porfis. — pide el rubio. Cuando pasa caminando detrás de mí siento que besa mi cabeza, por lo cual lo miro sorprendida. — Besito de buenos días. — dice mientras se aleja de nosotras.

La puerta de entrada suena cuando la cierra.

Miro a Cassie concentrada con la mezcla de los waffles, la curiosidad me mata y me cuestiono interiormente si debería hacerle la pregunta o no, puesto que no sé si hay tanta confianza entre nosotras aún.

Pero me mata pensar que quizás Max anda con ella y aún así pasó lo que pasó en Maaseik en aquella fiesta.

— ¿Cass? — la llamo. La rubia levanta la vista del bowl y me sonríe. — Yo quería preguntarte si entre Max y tú hay algo.

Cassie ríe despacio mientras pone a calentar la wafflera.

— Nop, solo una hermosa relación casi como de hermanos. — se encoge de hombros. — No voy a mentirte, sí tuvimos algo hace unos meses, más bien lo intentamos pero no funcionó, creímos que lo haría porque congeniamos bien pero definitivamente no estamos hechos para ser pareja.

IT HAD TO BE YOU • Max Verstappen.Where stories live. Discover now