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Scorpia y Adora estaban paradas frente a la entrada de la salsoteca. Era sábado por la tarde, como estaban en un barrio nocturno, poco a poco la afluencia de gente comenzaba a aumentar. La rubia estaba entre emocionada y ansiosa, no podía esperar más. Mientras que Scorpia estaba nerviosa, no dejaba de pensar en que haría el ridículo frente a la pareja de campeones que les enseñaría.

—Vamos, ya estamos en la hora —dijo con cara sonriente Adora, hasta que vio la expresión de su amiga.

—No sé... me da mucha vergüenza, nos van a enseñar campeones mundiales, y yo apenas sé moverme. Siento que voy a hacer el ridículo.

Adora se sintió culpable por haberla traído, no esperaba esa inseguridad de su parte. Hasta que se le ocurrió una posible solución.

—¿No te gustaría bailar salsa con Perfuma y sorprenderla? Estoy segura que ustedes serían una excelente pareja de baile.

Scorpia meditó sus palabras unos segundos, recordando la razón por la cual había accedido a acompañar a Adora a la salsoteca. Ella quería bailar con Perfuma, llevarla a una cita y sorprenderla.

—Tienes razón, no debería avergonzarme, después de todo, estamos aquí para aprender. Entremos de una vez.

Adora sonrió satisfecha, en la recepción se inscribieron con un joven que les entregó una ficha a cada una, explicándoles que el salón estaba reservado para las clases desde las 8 hasta las 10 de la noche de jueves a sábado, luego funcionaba como bar-discoteca, o más específicamente, salsoteca, hasta entrada la madrugada.

Así fue como se dirigieron al gran salón, donde ya había algunas personas. Algunas usaban vestuario formal, mientras que otras usaban su ropa normal. Scorpia y Adora destacaban por andar con ropa deportiva, por suerte eran buzos negros, o hubieran llamado aún más la atención. Ambas acordaron venir vestidas normalmente la siguiente vez, si es que había una siguiente vez.

Adora observaba el lugar fascinada, hasta que escuchó murmullos, e incluso Scorpia le dijo que prestara atención. Entonces la vio, aunque esta vez, vestida totalmente de forma diferente. Era la morena con la que había cruzado miradas en el gimnasio. Vestía un elegante vestido azul largo, de tela brillante con un tajo abierto en el muslo, lo que la hacía lucir terriblemente sexy para la rubia, por un momento su cerebro dejó de funcionar ante la vista.

Era una mujer completamente diferente, usaba aros colgantes con cristales azules que combinaban con el vestido, al igual que su maquillaje. Lucía como una bailarina profesional. Y al lado de ella, un joven un poco más alto que ella vestido también formal, de traje y corbata, aunque su cabello celeste desentonaba con la formalidad con la que vestía, se veía igual de elegante que su compañera. La morena llamó con un gesto a todos los participantes de la clase para que se acercaran.

—Bueno, hoy veo algunas caras nuevas, así que me presento. Mi nombre es Catra, él es mi compañero de baile Melog, juntos llegamos a ser campeones mundiales de salsa. En esta misma salsoteca dimos nuestros primeros pasos como bailarines, por lo que decidimos darnos un descanso y enseñarles a los demás nuestra pasión. Hoy tendremos una pequeña competencia local con otras 5 parejas, digamos que es para beneficio de nuestro querido local. Este evento no tiene costo para ustedes, por ser alumnos de nosotros, y comenzará justamente después de esta clase. Si gustan puede quedarse, quedan invitados. Ahora, vamos a comenzar, quienes son principiantes o vienen por primera vez por favor ubíquense a mi derecha, los que ya van más avanzados a mi izquierda.

Catra primero estuvo un largo rato con los alumnos avanzados, para la decepción de Adora, que no dejaba de pensar en si su gaydar había fallado miserablemente, ya que la morena no le había parecido ni siquiera bisexual, sin embargo ese tal Melog parecía alguien muy cercano a ella. Además, cada cierto tiempo hacían demostraciones juntos, para mostrar los pasos a la clase. A pesar de eso, Melog era muy amable y paciente con los nuevos, sin burlarse ni mostrarse superior al resto, algo que le agradó tanto a Adora como a Scorpia.

La salsa de la gringa - Catradora AUWhere stories live. Discover now