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Artista imagen multimedia: _lah_art (twitter)

Catra vio el mensaje de Adora en la vista previa de las notificaciones, sonrió al verlo. Melog, ya que en ese momento estaban juntos, no pasó por alto esa sonrisa, que hacía tiempo no veía.

—Apuesto a que te habló la gringa —le dijo con una sonrisa maldadosa.

—¿Y a ti qué te importa? —bufó Catra como respuesta. Melog podía ser muy entrometido a veces.

—Entonces sí te habló —le respondió su hermano con satisfacción.

—Sí, me invitó a salir —soltó Catra, no era capaz de ocultarle nada a su hermano, desde pequeña.

—Y supongo que vas a ir.

—No sé... fue un poco raro lo del otro día —Melog negó con la cabeza al escucharla.

—Esa chica se ve que no tiene malas intenciones. Incluso resistió la tentación sólo por "respetar" —hizo el gesto de comillas con las manos— nuestra supuesta relación. Más honrada no puede ser. Es idiota, pero honrada.

Catra se quedó en silencio, sopesando la situación. En cierta manera, Adora no había hecho nada malo, además, le agradaba su compañía. Decidió responderle, después de todo habían transcurrido algunos minutos.

—Ok, gringa, ¿a dónde iremos?

Un par de minutos después, Adora le responde de vuelta.

—La verdad no pensé llegar tan lejos, jajajaja. Es broma... como está haciendo más calor, ¿te gustaría ir a tomar helado? Conozco una heladería muy buena, siempre voy.

—Me parece bien.

Acordaron lugar y hora para encontrarse, lo dejaron para el día siguiente, luego de que Adora saliera de su trabajo en el gimnasio. Sin embargo, siguieron hablando como lo hacían antes, omitiendo lo que había pasado la última noche que estuvieron juntas, como una especie de reinicio de su relación. Para Adora fue mucho más fácil hablar con Catra, como si realmente se hubiera quitado un peso de encima.

La morena siguió sonriendo mientras miraba el teléfono, para la sorpresa de su hermano, quien hacía un tiempo no la veía así de feliz por alguien. Lo cierto era que Catra era una chica que difícilmente se enamoraba, sus relaciones habían sido siempre por razones más sexuales que emocionales, sin embargo, era paciente y empática con las mujeres con las que había estado, pero no buscaba formar un lazo permanente.

A pesar de esto, Catra consideraba que tenía la suficiente madurez emocional como para tener una verdadera relación con alguien, sólo que simplemente no lo había querido así antes. Aunque esa era su determinación, lo cierto era que no tenía expectativas sobre Adora, simplemente le atraía y se había dejado llevar, sin pensarlo demasiado. Pero cuando dejó de hablar por whatsapp con ella, fue consciente de por qué su hermano la molestaba.

Incluso él consideraba que hacían buena pareja, pero eso era puro instinto. Sería el tiempo el que decidiría si realmente hacían una buena combinación. Catra se recostó en su cama, pensando en qué podría suceder al día siguiente.

Por otro lado, Adora estaba tan feliz y sonriente como un cachorro junto a su amo, incluso Razz lo notaba, pero no quiso preguntarle porque si no se haría la seria y a ella le gustaba ver a la rubia así de feliz. Adora tuvo problemas para dormirse de la emoción, pero incluso aunque durmió poco, al despertarse se sentía con todas las energías del mundo.

Llevó su bolso de siempre, con un cambio de ropa y un par de toallas, esa mañana pensaba entrenar antes de trabajar. Después del entrenamiento siempre se sentía renovada, por lo que se fue a las duchas con toda la actitud positiva del mundo. No se iba a encontrar con Scorpia, así que nada podía salir mal ese día, absolutamente nada. Pero cuando salió de las duchas, se encontró con quien menos esperaba: Catra.

La salsa de la gringa - Catradora AUWhere stories live. Discover now