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Artista imagen multimedia: christiannadora (twitter)

Aquella noche apenas comenzaba, Adora no perdió el tiempo y simplemente abrazó a Catra por la cintura, sus labios se sentían bien, su lengua se movía maravillosamente, tan maravillosamente que todo el fuego que había intentado aplacar mientras estuvo en el baño revivió como un incendio abrasador, quemándolo todo hasta reducirlo a cenizas.

Catra se separó con dificultad de la rubia, pero ya no quería estar en ese lugar, ya sentía ciertas miradas pervertidas a su alrededor, por lo que había llegado el momento de irse. Agarró de la mano a Adora para llevarla afuera, no sin antes despedirse de su hermano, quien le dijo adiós con un gesto con la mano, sonriendo, lo cual hizo pensar a la rubia en su teoría de que ambos eran swinger, lo que la hizo tragar saliva.

La morena tomó un taxi de los muchos que esperaban fuera de la salsoteca, al parecer conocía al conductor, quien la saludó y le preguntó cómo estaba. Catra charló alegremente con él los 5 minutos que duró el viaje, pero Adora parecía extrañamente callada. La morena notó aún más su incomodidad una vez que estuvieron en su departamento, lo cual le parecía bastante extraño.

—Adora, ¿te sientes bien? Te noto incómoda. Puedes decirme lo que sea.

Adora se llevó una mano a la nuca, no sabía cómo plantear el problema.

—Catra, tu sabes que soy lesbiana, ¿verdad?

La morena se rio suavemente, quizás con qué le salía ahora, pensó.

—Claro que lo sé, se te nota bastante, te diré.

—Bueno, es que no sé muy bien cómo es lo tuyo con Melog, pero si son swinger o algo así prefiero que me lo digas ahora porque...

—Espera, ¿qué acabas de decir? ¿Qué tiene que ver Melog?

Adora suspiró y tomó aire antes de hablar, se sentía más nerviosa de lo normal.

—Que al principio no quería meterme entre ustedes dos, pero al parecer tienen una relación abierta o son swinger, pero yo no puedo con algo así, soy monógama, ¿me entiendes? Yo...

—Adora, Melog y yo no somos swinger ni estamos en una relación abierta porque somos hermanos.

Adora palideció. Hermanos, la palabra resonaba en su mente. Melog no era su pareja, Catra estaba soltera.

Y así como la calentura puede subir rápido, puede esfumarse con la misma rapidez. Eso fue lo que le pasó a Catra, quien se puso a reír a carcajadas.

—Así que creías que éramos pareja, eso explica muchas cosas. Eres una idiota Adora. Y ahora me confirmaste que no eres una acosadora, porque si buscas en google te van a aparecer muchas noticias de mí y mi hermano ganando competencias.

Adora estaba sonrojada, y completamente enmudecida. Sus palabras habían arruinado el ambiente, tenía muchas ganas de largarse de ahí. Se aclaró la garganta para poder al menos articular algunas palabras.

—Yo creo... creo que mejor me voy.

—Sí, creo que es lo mejor —contestó Catra, con cierta decepción, la noche no había terminado como esperaba.

Adora se retiró con cierto pesar, se sentía muy avergonzada por lo que había sucedido, había asumido cosas que no eran y gracias a eso todo se había vuelto raro y no tenía idea de cómo arreglarlo. Se devolvió caminando a la salsoteca, que por suerte aquella noche cerraba tarde, tomó su bicicleta y pedaleó lo más rápido que pudo hasta su casa.

Una vez acostada en su cama, se acordó de Scorpia. Quizás ella sabía desde hace rato que eran hermanos y no se lo había dicho, después de todo, ella sí había averiguado sobre ellos dos. Así que sin más rodeos abrió whatsapp y le preguntó.

La salsa de la gringa - Catradora AUWhere stories live. Discover now