Capítulo 16

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Recuerdos corrían por su mente.

La dura vida en su aldea, como sufrió maltratos, pasó hambre, sed, frío y las ideas suicidado a veces rondaban su cabeza.

Vivir en el Inframundo es horrible, los demonios tratan a las otras como seres inferiores...

Pero no importaba nada de eso, no mientras tuviera a Shirone.

Ella haría lo que sea necesario para darle alimento y que tenga una buena vida.

Pero ella no tiene un buen historial tomando decisiones.

El joven amo de la casa Nabeirus le ofreció volverse su alfil volviéndose así su sirviente.

Ella aceptó con la condición de que también se llevaran a su hermana sin volverla de su nobleza.

Ellos aceptaron pues vieron un gran potencial en su control del Senjutsu.

Al principio aún tenía esperanza de que la vida mejore y tener a Shor8ne un poco más rellena le dio la felicidad que buscaba.

Su hermana ahora tenía un techo y comida hasta sacarse, no importaba la clase de experimentos que hacían hacían ella pues ahora Shirone estaba bien...

Pero los momentos felices nunca duran demasiado.

Los experimentos estaban siendo cada vez peores.

El dolor se volvía insoportable...

Pero Shirone estaba bien.

Un día iniciaron la misma rutina de siempre, un inyección y la colocaron en una silla con correas.

Le daban electroshocks hasta desmayarla, la dejaban reposar en agua helada hasta que despertará y seguían con la segunda fase.

Probaban si esto dio resultados midiendo sus niveles de maná, sus capacidades físicas y su nueva destreza...

Pero siempre era igual, o no había aumento alguno o solo recibía un pequeño aumento de poder momentáneamente.

Ella regresaba exhausta a la habitación que compartia con Shirone sintiendo dolor recorrer su cuerpo pero todo ese agotamiento y dolor desaparecían al ver a Shirone comiendo con una sonrisa.

Así pasaron los meses y ella incluso se estaba acostumbrando a ese dolor diario.

Al parecer ya no era la única de su aldea aquí y aunque ella deseaba ir a hablar con ellas, las mantenían aparte pues eran el "entretenimiento" de los que estaban aquí.

Ella entendía lo repugnantes que eran los demonios que estaban aquí, mientras ella y Shirone no se involucraran no había problema.

Pero un día un Dragón rebelde atacó la base.

Los dragones son temidos por todas las razas pues tienen instintos violentos, son territoriales y tienden a destruir ciudades solo porque no le dieron algo que quería.

Muchos dragones dejaron su huella en el mundo pues la mayoría no necesitaba entrenar para ser fuerte ya que su físico se desarrollaría cada vez más con el tiempo y al ser criaturas con una vida tan longeva que eran considerados inmortales...

Bueno, ya tienes la idea.

Ella estaba atada en la silla y antes de que pudiera decir algo su amo sonrió con malicia.

-Llevemonos a su hermana, es joven y tiene más potencial.-Esas palabras dejaron nublada la mente de Kuroka.

¿Planeaban... Llevarse a su hermana?

¡Primero muerta!

Fue lo que pensó, usando su modo neko logró liberar sus ataduras, las dos colar en su espalda baja decían que los experimentos sí rindieron algo de frutos.

El Hijo de la Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora