Capítulo 55

1.7K 278 32
                                    

Me estiré al salir de la ducha.

Estaba en la casa que compré junto a Kuroka mientras mis cuatro sirvientas que llevan cuidándome desde niño me vestían.

No han dejado de consentirme pese a lo poco que las había visto últimamente. Desde que comencé a entrenar como desquiciado solo las veia cundo visitaba a Rías.

Una vez vestido las miré sin saber que hacer con ellas.

Puedo notar que me ven como su amo absoluto, tanto sus cuerpos como sus corazones son prácticamente míos.

Se las compré al viejo bastarde de mi abuelo y desde allí me han estado sirviendo bastante bien.

Ignoré mi dualidad mientras salía listo ora comenzar este día.

Hoy Kuroka visitará a Shuri para continuar su tratamiento, ha hecho un increíble trabajo restaurando su vitalidad y pronto estará bien lo cual me ha ayudado a ganarme el favor de Barakiel. Mientras tanto yo visitaré a la que me hará padrastro y a mi prisionera.

Solo ha pasado una semana y Kuroka ya parecía ama de casa. Apenas llegué a la cocina vi como una mujer con Kimono me cocinaba alegremente el desayuno. Su cola y orejas se movían mientras olía la comida resistiendo el impulso de comérsela ella.

Que la entrenara mi madre fue bueno, aunque ahora que lo pienso eso suena raro...

Meh.

Besé su cuello acercándome desde atrás apegándola a mi cuerpo.

Recibí un beso de buenos días mientras me sentaba en la mesa. Encendí el televisor que compramos y comencé a mirar las noticias.

Japón realmente es un país hermoso pero hay una tasa de criminalidad relativamente alta, sé que parte de estos incidentes que los humanos reportan a diario son en realidad resultados de lgun evento del mundo sobrenrural. Desde varios cadáveres encontrados con señales de tortura a lo que parecían ser suicidios o muertes de niños.

Suena mal pero en un mundo donde sí sacrificas a un niño puedes mejorar tu suerte o cosas asi no es tan raro de ver. Tengo entendido que en el pasado este fue uno de los motivos por los que considerábamos valiosos a los humanos.

Sirven muy bien como sacrificio para rituales de necromncia, así ue es en parte culpa de los humanos por ser tan buenos peones par sacrificar.

Y antes de que comiencen a insultarme, recuerden que en este mundo hay humanos capaces de destruir el mundo o devastarlo más que las malditas bombas nucleares. Tal vez el humano promedio no llegue a ese nivel pero si se unieron bajo un solo regimen como la mayoría de razas y se centran en fortalecerse los humanos llegarían a ser muy peligrosos.

Miré las bolas de arroz que preparó Kuroka y le agradecí una vez me sirvió la comida. Pacientemente espere a que ella preparará mi café y comencé comer.

Kuroka me miraba esperando ver mi reacción y yo la felicité porque la verdad estaba delicioso. Ella genuina mente feliz por el hlago se acercó besarme.

Mis mañanas han pasado así estos dias. Viviendo de esta forma con Kuroka, llendo al templo a recuperar la vitalidad de Shuri y jugar con Akeno.

Kuroka está encantada con como han ido las cosas, hoy será un día importante pues planeo ir a visitar a mi prisionera en Kioto.

Besé a Kuroka una última vez mientras una de las sirvientas miraba en otra direccion, ella ronronea a mientras mis manos apretaban sus caderas y la acercaba a mi. Al finalmente separarnos Kuroka se despidió de mi antes de usar un círculo de teletransporte para enviarme a la residencia de Yasaka.

El Hijo de la Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora