Capitulo 23

6.7K 736 34
                                    

-¡Eres un pedazo de basura inutil!-Walburga le estaba gritando a un animal ahora muerto.

He estado en el templo Yokai por cuatro días, han sido unos días tranquilos llenos de mimos por parte de Yasaka junto a largos paseos con Kuroka en mis brazos.

Al parecer siempre quiso conocer este lugar así que aprovechando un poco del dinero de Yasaka hemos salido a pasear bastante.

Lo curioso es que ella al parecer es fanática del pescado asado.

Y digo que es curioso porque el gato que tenía en mi vida anterior odiaba el pescado asado.

Pero a gustos, colores.

En fin, Walburga se ha mantenido aquí haciendo hasta lo imposible para descifrar el hechizo de su maestra y extraerse el Sacred Gear sin morir, lamentablemente sus resultados han sido escasos y sólo cuando recibió un poco de guía de parte de Yasaka es que ha avanzado algo al menos.

Por eso estoy aquí.

Por eso ella está desesperada.

Le di tres días para descifrarlo y...

Falló.

Soy alguien misericordioso, así que prometí dejarla con vida.

Algo que no tiene nada que ver con nuestro pacto mágico.

-Te dí tiempo y recursos...-Solo cuando hablé ella dejó de estar concentrada analizando los dibujos de círculos mágicos.

Ella se volteo con miedo en su rostro.

-Es-Espera, mi maestra es de la mejores hechiceras del mundo, es imposible destruir sus circuitos mágicos así nada más en tres putos días.-Su mirada era de odio.

Olvidé mencionar que la mate de hambre y solo le dieron un baso de agua al día.

Un cuerpo que posee un mana despierto y abundante puede sobrevivir sin comer durante meses y sin beber durante semanas, lamentablemente lo unció que ella tiene en este cuarto son sus manos y su cerebro.

-Bien, juguemos un juego Walburga. Conseguiré que te ayuden y tendrás una semana entera para lograrlo...-Una sonrisa se dibujo en su rostro.

Antes de que pudiera reaccionar la tomé del cuello y la empujé contra la pared.

-O yo personalmente te cortaré las extremidades y te enviaré de regreso a Hexennacht.-Dejé libre mi intención asesina.

No es casi nada como para amenazar a una maga del calibre que es ella, aún así en esta situación podría volverla mía todos los días de mi vida sin que ella pudiera resistirse y como extra esta chica sabe que cuerdo, no estoy.

La solte después de casi tres minutos y ella parecía hacer todo lo posible por llevar aire a sus pulmones mirándome con odio y asco.

Patee su cara sin retenerme.

-Vuelve a mirarme así y te arranco los ojos.-Es una suerte que Kuroka este fuera buscando un regalo para Koneko.

Salí del lugar, usaré esta semana para conseguirle un regalo a Rias, una pieza para mi nobleza y un grupo de sirvientes espadachines para la familia Gremory.

Empecé a dar vueltas por el palacio, esta se había vuelto una de mis rutinas favoritas.

Es un lugar hermoso y se podría decir que inmaculado.

Mientras que en casa el lujo se nota hasta nota hasta los mínimos detalles, aqui en cambio es el detalle que lograron hacer al construir todo esto a mano.

El Hijo de la Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora