Capítulo 17

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Todos las Neko miraban con cuidado el lugar.

El lugar era elegante y extravagante como les gustaba a los Demonios.

Detalles de oro, sillas y mesas de alta calidad e incluso los ropajes de todos los presentes excepto ellas eran de una calidad incalculable.

Kuroka apostaba a que incluso la túnica del juez tenía más encantamientos que todas las armaduras entregadas a una tropa del ejército demoníaco.

Todo el estrado estaba en silencio pero la mirada que les daban los Demonios les decía que este no sería un juicio justo.

Todas tomaron asiento y una por una fueron relatando su punto de vista de los sucesos ocurridos en la base secreta de los Nabeirus.

Resulta que pese a que era un experimento ilegal en contra de los derechos establecidos por Ajuka Beelzebud, el que su alfil asesinara a su amo anulará estos derechos.

Argumentaron sobre el posible peligro que representaban para los demonios y la coexistencia del Inframundo.

Kuroka relató su versión pero el que el juez se lamiera los labios viendo su pequeño cuerpo en desarrollo le dijo que en realidad no le presto atención.

Ella regresó a su asiento y espero a que los demonios terminarán de meterse halagos por el culo entre ellos.

Solo había una persona que tomaba esta desicion y era con quien quería hablar.

Repentinamente la sala quedó en silencio y las puertas se abrieron.

Allí entró una hermosa sirvienta peliplateada de ojos afilados, detrás de ella había un hombre que aparentaba estar en sus 20's bastante atractivo y con un cabello carmesí clásico de los Gremory.

Pero la curiosidad de Kuroka se centró en el niño que caminaba junto al Rey Demonio.

Notó que todos los presentes lo miraban con atención, como si tratarán de notar el más mínimo error en su comportamiento.

Lamentablemente para ellos, incluso a Kuroka le parecía que su comportamiento en cuanto respecta a los modales de los nobles fue perfecto.

Inevitablemente lo mirarlas pues todo de el llamaba la atención, su aspecto adorable y rostro tranquilo, su aura caótica que demostraba su gran poder y potencial o su sonrisa presumida mientras camina entre seres poderosos...

Kuroka sentía su corazón moverse, si este chico decía que ella mató a Nabeirus toda la culpa recaerá sobre su raza...

El joven saludó a las entidades pertinentes y se dirigió al estrado sin mostrar miedo o duda alguna.

Esto molestó un poco a Kuroka, tal vez su padre ya le lavó el cerebro para que les echara la culpa.

-Primero deseo agradecer a los miembros del Consejo demoníaco por tomar mi testimonio en serio pese a mi corta edad, agradezco al jurado por escuchar lo que tengo que decir así como a su señoría quien me da de su valioso tiempo para hablar.-Bien, este tipo tenía bastante lengua.

-El día de ayer me encontraba realizando algunas compras cuando detecté comportamiento extraño en un grupo de demonios sirvientes de la casa Nabeirus. Decidí investigar sobre este asunto pues llamó mi curiosidad, después de investigar levemente encontramos evidencias de que los Nabeirus no sólo estuvieron realizando experimentación ilegal en la raza Neko quienes reciben alojamiento en el Inframundo, resulta que ellos han estado vendiendo información a los caídos sobre la sociedad demoníaca.-Afirmó aquel chico y la sirvienta peliplateada chequeó los dedos.

Repentinamente varios documentos aparecieron en los escritorios del jurado y el juez.

-La casa Nabeirus ha sido corrompida y tomé tomé mis manos el exterminados. Miembros del jurado me declaró responsable total de la masacre de la casa Nabeirus. Personalmente use mi poder de Destrucción para eliminarlo pues consideré que mi accionar era el correcto y traería beneficios al Inframundo. Rompe mi corazón corazón que a quienes primero acusó el Consejo demoníaco y el jurado fue a la raza Neko, pues la principal culpable conocida como Kuroka es inocente. Yo asesiné a los guardias así como al descendiente de la casa Nabeirus, si alguien debe recibir un castigo soy yo.-Dijo bajando la cabeza.

El Hijo de la Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora