—¿Entre los cubiertos? ¡Qué carajos significa eso! —exclamó Percy.
—No lo sé —chille frustrada, tirándome boca abajo hacia mi cama.
Me encontraba en la cabaña 3. La cual le correspondía a los hijos de Poseidón. Donde solo nos encontrábamos Percy y yo.
Después de hablar con la momia profeta me dirigí a la cabaña para contarle todo a Percy, con la esperanza de que él tal vez entendiera la profecía, ya que el a estado más envuelto en ellas que yo. Pero el estaba igual o hasta más perdido.
—Tranquila Ocean, lo solucionaremos —exclamó, posándose a un lado mío.
—Eso espero —dije, apoyando mi cabeza en su hombro.
***
Oscuridad. Era todo lo que mis ojos percibían.
Trataba de abrirlos, pero sólo podía oír vidrios cayendo y pasos.
Trate de concentrarme y abrir los ojos. Estaba funcionando.
Me encontraba en una especie de salón de baile. Había vidrios esparcidos por todos lados y dos cuerpos prendiéndose en fuego.
Un grito me saco de mis pensamientos.
Al voltear, lo único que pude ver fue a una chica castaña y pálida retorciéndose de dolor mientras un chico a su lado estaba mordiéndola.
Aguarda... ¿Mordiéndola?
Me acerqué un poco tratando de identificar a las personas que estaban al rededor de la chica.
Fallando rotundamente.
—¡Ocean! —exclamó, con preocupación un chico ¿rubio?. No lo sé. No podía distinguir muy bien sus rasgos, mi vista todavía no funcionaba del todo. Veo, pero borroso.
El chico con una velocidad impresionante, paso a un lado de mi. Dejándome más confundida de lo que ya estaba.
Estoy segura que escuché decirlo mi nombre. Dirigí mi mirada hacia dónde el chico había ido realmente, y lo que vi me dejo helada. Era yo. Tirada inerte en el suelo, mientras el chico sostenía mi cabeza con delicadeza.
Antes de poder ver algo más, me desperté sobresaltada mientras agarraba fuertemente las sábanas.
Vaya sueño.
***
—¡Dioses, te ves horrible!
—Gracias Ann, tu también te ves fabulosa —contestó Percy, irónico.
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𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧 • 𝐓𝐰𝐢𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐱 𝐏𝐉𝐎
Vampire"𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑎 ℎ𝑖𝑗𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑟 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑢𝑒 𝑎 𝑙𝑎 𝑐𝑖𝑢𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙 y 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑐𝑎𝑟𝑎 𝑎 𝑐𝑎𝑟𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑒́𝑙 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑦 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑙𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑒. D𝑜𝑠 �...