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—¿Qué? —exclamé frunciendo el ceño viendo al moreno.
—Alex —contestó obvio—. Jamas lo habia visto así de enojado. Quien sea que seas y lo que sea que le hayas dicho, hizo que se enfadara. Ahora él quiere matarte.
—Entonces que lo intente —respondí borde—. Le gané una vez y tenía doce años, puedo hacerlo otra vez.
—Tal vez, pero él ahora es...
—¿Vampiro? —pregunté con indiferencia—. Eso ya lo sé.
—Si, pero él es un semidiós —exclamó esperando sorpresa de mi parte, la cuál no obtuvo.
—Si, y yo también.
El vampiro me miró sorprendido, no puedo creer que no lo haya deducido o al menos pensado. De donde conocería a Alex si no fuera por ambos ser semidioses.
El sonido de la puerta dio pausa a la conversación, entrando de ella Bella y Edward, este último apunto de atacar después de haber visto al vampiro.
—¡No! —exclamó Carlisle al instante—. Vino a advertirnos de James —Edward y Bella compartieron una mirada confusa aún viendo con desconfianza al moreno.
Aguarda... ¿James?¿Quién es James?
—Esta no es mi batalla —aclaró el vampiro—. Y estoy harto de sus juegos —agregó sin despegar la mirada de Edward—. Pero sus sentidos son inigualables, él y Alex son letales —habló posando ahora su mirada en mí—. No he visto nada parecido en mis trescientos años.
Volteé hacia otro lado molesta. Alex no era la gran cosa.
—¿Quién es Alex? —susurró Emmett recargando su cara en mi hombro, brinque por su repentina aparición cosa que le dio gracia. Voltee a verlo irritada para después empujar su cara hacia atrás.
Lanzó una risa silenciosa colocándose a mi lado. Gire los ojos divertida al sentir ahora su codo.
—El tonto de hace rato —respondí finalmente regresandole el susurro.
Cosa que no entiendo porque hacemos si todos aquí son vampiros.
—¿El guapo, alto, de ojo azul? —gire a verlo incrédula—¿Qué? —preguntó con simpleza.
Sacudí la cabeza regresando mi vista al intruso.
—Si, ese —conteste. Ahora fue Jasper el que volteo incrédulo—. ¿Qué? —pregunté avergonzada—. Lamentablemente el idiota es guapo.
Emmett rió divertido, otra vez; mientras que Jasper solo regresó la vista al frente con el ceño fruncido.
Reí internamente por eso.
—En serio lo odias, eh —susurró Emmett inclinándose hacia mí.
