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Narrador Omnisciente
Dos semanas se fueron volando, eso dio llegada al inicio de clases para Ocean.
Sorprendentemente nuestro pecesito se levantó de buen humor. Se baño y se vistió con una blusa blanca básica, un pantalón de mezclilla y encima de la blusa se puso un suéter verde esmeralda, el cuál hacía resaltar más sus ojos. Agarro unos tenis blancos y de accesorios solo se coloco su collar y su pulsera. Bajó al primer piso, agarró sus llaves y su mochila para poder ir a desayunar a una cafetería antes de ir a la escuela.
En las semanas que había estado allí decidió comprarse un coche para así poder transportarse fácilmente. Se compro nada más y nada menos que un Jeep color negro, ya que para su sorpresa los dracmas valen mucho dinero en dólares. Y si, hay un banco para semidioses, donde puedes cambiar tus asombrosas moneditas de oro por un simple pedazo de papel.
Ocean salió de casa y se dirigió hacia la cafetería del pueblo, al llegar busco un lugar disponible donde pudiera desayunar y se sentó.
—¿Te ofrezco lo mismo de siempre, Ocean? —preguntó la camarera que la a estado atendiendo desde que descubrió aquel lugar.
—Mmm creo que esta vez mejor voy por unos Wafles y una malteada de mora azul, por favor, Cora.
—Claro que si, Ocean. En un segundo te lo traigo —exclamó con una sonrisa antes de marcharse.
El desayuno transcurrió con tranquilidad y gracias a un acuerdo que hizo con su padre no tenía que dar la habitual ofrenda hacía los dioses, para su sorpresa estos no se negaron.
Después de desayunar, Ocean se dirigió a la preparatoria del pueblo. Lugar dónde iba a terminar el año escolar.
Después de 25 minutos por fin pudo divisar el techo de la escuela. Al entrar, como era de esperarse, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para mirar con atención al desconocido vehículo. Todos los alumnos empezaron a cuchichear, tratando de averiguar quien podría ser el dueño del Jeep. Ya que hasta donde sabían, aparte de la chica castaña, llamada Bella, nadie más había llegado al pueblo. Vaya, pero qué equivocados estaban.
Mientras tanto Ocean, estaba repasando, por segunda vez en el día, que todo lo que debía de llevar para su primer día, estuviera en su mochila. Hurgó en esta verificando que traía todo. Dejo escapar un suspiro, acomodo su collar, y bajo la atenta mirada de toda la escuela salió del precioso Jeep.
Todos quedaron atónitos por la belleza de la chica pero lo que más los deslumbró fueron sus grandes y brillantes ojos verde mar. Cada persona que la estaba viendo, juraba ver el mismísimo mar en los ojos de la chica.
Ocean, nerviosa, dió un suspiro y camino bajo la atenta mirada de una familia que la veía a lo lejos. Ocean trato de restarle importancia, ya estaba lo suficientemente nerviosa como para pensar en ello.
