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Narrador Omnisciente
Después de que Ocean se desmayara los hermanos se detuvieron un momento para pensar que hacer y tomar aire. Siendo más específicos, para no comerse a Ocean. Su brazo tenía mucha sangre, y Jasper no es muy bueno con ese aspecto todavía. Y aunque él no siéntese con Ocean la ansiedad de siempre por la sangre, prefería no arriesgarse.
—Emmett, tú quédate y vigila a Ocean en lo que volvemos —ordenó Jasper mientras se bajaban él y Dylan del vehículo.
—A sus órdenes, general —exclamó Emmett, haciendo el típico saludo militar.
Jasper y Dylan empezaron a buscar algo para comer. Tarea que no es muy fácil cuando estas en medio de la nada.
Al no haber muchas opciones los chicos decidieron simplemente quedarse alejados del Jeep, esperando a que el hambre pasara de apoco.
—¿Y qué hacemos ahora? —preguntó Dylan—. No podemos llevarla a su casa en ese estado, y tampoco podemos llevarla a un hospital —comentó con obviedad—. Osea ya viste eso —exclamó refiriéndose al brazo de Ocean.
—Llevémosla con Carlisle —respondió Jasper.
—Aww ¿quieres que conozca a sus suegros? —se burló Dylan.
Irritado, Jasper pateo sus pies haciendo que se cayera de cara a la tierra mojada.
—Aww ¿Querías conocer a los gusanos? —se burló.
—Cállate, a ti no te sale —reprochó Dylan, poniéndose de pie.
—¡Oigan, chicos! —llamó Emmett, quien fue ignorado gracias al pequeño enfrentamiento verbal que estaban teniendo los otros dos.
«Ok Jasper, ponte serio. El posible amor de tu vida se esta muriendo y tu lo único que estás haciendo es pelear con el idiota que tienes como hermano».
—¿Qué pasó, Emmett? —pregunto Jasper, cansado.
—El brazo de nuestra querida paciente ya se volvió negro, ¿Creen que sea malo? —avisó Emmett con una mueca en su rostro.
Jasper y Dylan se voltearon a ver alarmados, con su velocidad, regresaron al Jeep con rapidez. Comprobando que en efecto, el brazo de Ocean no tenía un aspecto normal.
—¡Santos Venados! —exclamó Dylan, asqueado.
—Eso ya no debería considerarse un brazo —ahora fue Emmett.
Al final los Cullen y el Hale decidieron llevar a Ocean con Carlisle, con la esperanza de que él supiera que hacer.
Emmett quien ahora era él que iba con Ocean, gracias a su mayor autocontrol, empezó a notar como los latidos de la chica empezaban a descender.
—¡Chicos ya no respira!¡Por Dios ya no respira! ¿Qué vamos a hacer? —empezó a gritar.
—Genial, ya se murió y no llevamos ni un mes conociéndola —exclamó Dylan.
—No está muerta —interrumpió Jasper exasperado—. Solo esta inconsciente —respondió oyendo sus débiles latidos.
—Tranquilo Jasper, pronto superarás la etapa de negación —dijo Emmett dándole un apretón en el hombro.
—Dylan acelera, ya casi llegamos a la casa —ordenó el rubio—. Cuando estemos ahí estoy seguro que Carlisle sabrá que hacer.
«Solo resiste Ocean, todo estará bien», pensó Jasper.
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