Todo era paz y tranquilidad después del regreso de Wei Wuxian al mundo del cultivo, aún no se lograba encontrar al verdadero asesino de Nie Mingjue cuando otro problema se hace presente ante sus ojos.
Una grande y enorme mancha azul se muestra en el...
Todo se volvió... ¿Un caos? Nadie sabía con exactitud cómo es que ésta situación podía ser descrita, a veces los días eran apacibles donde todos convivían (o hacían el intento) pero a veces incluso Lan Qiren sentía que podía ver a sus ante pasados por los sustos, gritos y de más emociones agresivas que llegaba a sentir, incluso muchas veces se le vió copiando sus pulcras reglas una y otra vez, yo, como narradora puedo asegurar que era por los pensamientos asesinos hacia los dos Wei Wuxian.
Éste día era uno de esos, el caos que yacía en aquella gran montaña era grandioso, ¿la razón? Adivinen.
-¡Wei Wuxian! ¡Ven para acá o juro que te regreso de un golpe al mundo de los muertos!- Gritó Jiang Cheng con fuerza y fiereza mientras que seguía a un azabache que estallaba a carcajadas estrepitosas divertido, al menos el estar en Gusu Lan por tantos días a un lado de su hermano aminoró el odio que le tenían.
-A-Xian, No corras, caerás, A-Cheng, no grites, quedarás afónico - Nuestra encantadora YanLi seguía a ambos hermanos que iba y venían de todos lados.
-Por favor, ahora qué hicieron, es muy temprano.- Jin Zixuan no podía con la situación, quería pasar un agradable momento con su esposa pero verla correteando a sus dos... ¿Hermanos menores? Le era cansado.
-¡Vamos! ¡Vamos!- Gritaba Wei Wuxian mientras que ya todos se estaban acercando, desde los invitados y nuestros actuales, todos suspirando ante aquella enorme emoción.
-Wei Ying, no grites.- Pide Lan Zhan mientras que se acerca y detiene al de cabellos azabaches sacándole una suave sonrisa al ver que éste obedeció.
-¡Sí! ¡Lan Zhan! ¡Vamos!- Gritó alegre recibiendo un asentimiento por parte del contrario.
-Wei-Gongzi, exactamente, a dónde vamos...-Nie Huaisang sabía que iban a partir, pero no sabía nada, no tenía ni idea de a dónde irían.
-¿no es obvio? ¡Vamos a Yunmeng Jiang!- Wei Wuxian no cabía en su felicidad, volver a lo que alguna vez fue su hogar, volver a donde creció y revivir recuerdos que añoraba recuperar.
-¿Y con permiso de quien o cómo?- Jiang Cheng se cruzó de brazos y frunció el ceño molesto, él era el líder de la Secta Jiang, y aún sentía enojo de ver a su hermano, no lo quería en su Secta.
-A-Cheng, ¿podemos volver a casa?- Oh YanLi, siempre apareces en los momentos más indicados, derribando todas las barreras del joven Jiang, dejando que su rostro se relaje y un suave suspiro tome lugar.
-Vamos... - como siempre, jamás le negaría nada a su hermana, menos si la vuelve a ver después de tantos años.
-Entonces, volvamos a casa.- El. Patriarca Yilling estaba feliz, después de tanto desastre volver a su hogar lo ponía feliz, y su hermano, Jiang Wanyin también estaba contento.
-Sí... Volvamos a casa...- y si, en el rostro de Jiang Wanyin había una suave sonría se mostró ante todos.
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