Todo era paz y tranquilidad después del regreso de Wei Wuxian al mundo del cultivo, aún no se lograba encontrar al verdadero asesino de Nie Mingjue cuando otro problema se hace presente ante sus ojos.
Una grande y enorme mancha azul se muestra en el...
-¡Lan Zhan! ¡Despierta!- Gritó el Azabache una vez que llega a la casa de forma apresurada, corre la cama y sin poder esperar más toma de los hombros a la persona que estaba aquí tranquilamente dormida, ni siquiera eran las 6 en la mañana era obvio que Lan Wangji seguía dormido.
El pobre hombre al que llamaban despierta de un brinco, se asusta, mira a todos lados y sin esperar ni un segundo más desenvaina su espada y se coloca en una posición de ataque, su brazo derecho toma la cintura de su acompañante y así lo coloca detrás de su cuerpo de forma sobreprotectora.
-¡No! ¡Lan Zhan! Todo está bien!- Habla ahora rodeando el cuerpo de Lan Wangji quién lo mira completamente aturdido, al mirar detenidamente toda la casa en la que se encontraba había paz, silencio, tranquilidad, todo estaba normal, sin ningún problema los alrededores, por ende al instante, guarda su espada sacude su túnicas interiores que seguían a la vista, que en su momento comienza a vestirse pero su mirada no se retira del azabache pidiendo una explicación del por qué ha sido despertado de esa manera.
-Lan Zhan, a ocurrido algo malo, no confío en éstas personas... No... No debemos confiar en ellos... - Wei WuXian sorpresivamente estaba temblando, temblaba como una fina hoja de árbol, amenazando con caerse en cualquier momento por la más mínima brisa primaveral, Wei WuXian, el gran maestro del cultivo demoníaco, tenía miedo.
Todo su cuerpo le picaba, sentía como si aquellos cortes que tenía el azabache estuviesen sobre su propio ser, como si en estos instantes cada rincón de su piel estuviese sangrando, la mera imagen le hacía querer vomitar.
-Wei Ying, qué viste- Lan WangJi lo veía, podía sentirlo sin siquiera poner mucho esfuerzo de si parte, quién estaba frente suyo aparentaba ser un pequeño cachorro que tenía la cola entre las patas.
-Te lo contaré... Te lo contaré...- Sabía que la única persona que creía en su palabra con los ojos cerrados era el segundo Jade de Gusu Lan, estaba completamente seguro que este creerá todo lo que le diga, él sabía que su relación con Lan WangJi no era nada parecida al matrimonio falso que acababa de presenciar. . . .
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. . . Wei WuXian no tardó ni siquiera una hora en contar todo lo que vió, fue tan rápido que al momento de hablar y relatar lo que acababa de suceder, le parecía que no estuvo fuera ni siquiera cinco minutos.
Siempre es fácil juzgar a posteriori cuando ya sabes lo que ha pasado, Lan WangJi sabía que ahora escuchando ésto, todo daría un vuelto espantoso a la tranquilidad que había en Yunmeng Jiang.
-Que haremos.- Decir eso, esa simple y sencilla pregunta hace que Wei WuXian sonría de forma leve, su corazón daba brincos al recibir nuevamente una sonrisa de su parte.
¿Cómo no sonreír? Sabía que podía contar con el Lan sin siquiera dudarlo.
-Temgo una idea, pero es estúpida, loca, y estoy casi seguro de que será un desastre total.- Era arriesgada su idea, ya en su mente había una cortísima lista de qué debe de hacer.
