Capítulo 4

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- ¿A-a que te refieres? – pregunto temiendo, mientras un millón de posibles respuestas cruzaban por su mente.

- “Nada”- Escribió antes de marcharse a su habitación, dejando sus cosas ahí América le siguió silenciosamente, Arthur entró a su habitación, Alfred se quedó en la puerta, a tan solo un paso de entrar, se quedó mirándole, el rubio de ojos verdes se había recostado en la cama con los ojos cerrados, sin preocuparse mucho de que pasara después, sin abrir los ojos movió su brazo hacia el otro lado de la cama, que aún estaba vacío y le dio dos pequeños golpes indicándole si es que quería recostarse a su lado.

Alfred se acercó y se recostó junto a él y de a poco se fue acercándose, cuando se aseguró de que estuviera dormido, apoyó su cabeza en el pecho de Arthur, escuchaba sus tranquilos latidos antes de quedarse dormido con el aroma de su amado en su cabeza.

Cuando volvió a despertar ahí estaba Inglaterra sentía el peso en su pecho, abrió los ojos lentamente y miró a su lado y América le estaba mirando con ternura, Alfred le estaba abrazando.

Arthur se sentó en la cama, sus ojos reflejaban una tristeza inusual y Alfred le dijo

- Sabes que…Estoy enamorado de ti… -

-“Yo no te amo…como lo hubiese hecho ayer” – Pensó mientras comenzaba a llorar como un niño pequeño, abrazó a Alfred desde el cuello mientras lloraba desesperanzado

- A-Arthur… ¿Estás bien? – le preguntó intentado ver su cara

Inglaterra simplemente no le dejo ver su cara, por unos minutos simplemente lloró y se abrazó a Alfred repitiendo en sus pensamientos la misma frase

-“Yo no te amo…como lo hubiese hecho ayer”-

 

Luego de algunos minutos Inglaterra soltó a América, este comenzó a secarle las lágrimas, sin saber porque él había llorado de esa forma tan inesperada, simplemente le seco las lágrimas y acaricio su mejilla dulcemente, sin saber que había dicho. Sin saber que había mentido.

Las nubes se habían vuelto más oscuras y la lluvia había comenzado a caer en la ciudad de Inglaterra, él estaba simplemente sentado frente a la televisión al parecer riendo y juzgando programas de televisión, mientras Alfred se encargaba de cocinar algo para comer en aquel día de nubes, viento y lluvias.

Mientras América estaba ocupado en la cocina, Inglaterra salió a ver su alguna vez amado jardín, con un extraño deseo de seguir un camino se adentró por el bosque, quedando rápidamente mojado, con frío y cansancio se recostó el en suelo, la fría lluvia caía sobre su blanca piel, a pesar de estar temblando de frio se quedaba ahí, perdido en sus pensamientos, y en las nubes, suspiro tembloroso viendo como el vapor que había salido de su boca se disipaba para nunca volver, como un aliento de vida.

Alfred llamó dos veces a Arthur, y este no contestaba, decidió ir directamente al living, y se dio que no estaba, entró en pánico rápidamente y salió corriendo a buscarle, siguió el rastro de las pisadas estampadas en el barro hacia el bosque, preocupado mientras se temía lo peor, finalmente le encontró, con los ojos abiertos mirando hacia ninguna parte, tan quieto como un hombre muerto, se apresuró a acercarse y tomarlo en brazos.

- ¿Estas bien? – Le preguntó con nerviosismo, Arthur movió la cabeza para mirarle directamente y simplemente asintió, Alfred le llevó en brazos a la residencia y le dio un baño con agua fría, ya que se encontraba desorientado, luego de eso le dejó recostado en su habitación, ni siquiera le miro a los ojos, cuando porfíen ambos estaban limpios y secos le dijo:

-¿¡En qué demonios estabas pensando!? –

Inglaterra cerró los ojos y se encogió de hombros

- No me vengas con el que no sabes y ahora te enfermaste por el simple hecho de estar por ahí tomando una siesta en el suelo como si fuese pleno verano –

Inglaterra rodó los ojos y se tapó completamente con la ropa de su cama, Ignorando a Alfred.

Este, más que enojado se acercó, le destapo el rostro y se situó sobre el y le dijo estando muy cerca de su cara

- ¿Acaso intentas hacer que me enoje? –

-“No” –

- Tienes que tener más cuidado, te pudo haber pasado cualquier cosa peor, y…y yo no estaba ahí para ayudarte…ten un poco más de consideración –

Inglaterra le hizo un gesto para que se alejara de él, tenía las mejillas encendidas como nunca y se sentía nervioso teniéndole tan cerca.

Cada respiración que sentía cerca de él le hacía quedar hipnotizado con sus ojos, mientras América se acercaba aún más lentamente, De repente se escuchó que la puerta se abría y Inglaterra empujo lejos a América, en la puerta estaba Francia y Canadá, quien también estaban preocupados por Arthur

-¡Nos quedaremos aquí! – dijeron ambos al unísono, sentían la necesidad de cuidar a Arthur, ahora que les necesitaba ellos estarían ahí, como cuando ellos necesitaron a Inglaterra él había estado ahí, siempre se mantenía fuerte, pero esta vez sería el a quien le tocara llorar y se consolado.

-“salvado por la campana”- PENSO Alfred antes de pararse y acomodarse el cabello

- Vamos a ordenar las cosas, Y tu Angleterre quédate durmiendo – Le dijo en forma de amenaza a Francia, quien enseguida se marchó con los otros dos dejando solos a Inglaterra, quien aún tenía el corazón agitado, preguntándose porque el le había hecho sentirse de esa manera, cada vez que le tocaba, cada vez que le hablaba sentía lo mismo.

Intento, otra vez, con todas sus fuerzas recordar quien era este muchacho rubio de ojos azules y una hermosa sonrisa, ¿Quién era?, ¿Qué quería?, fueron las únicas incógnitas que vinieron a su mente en vano 

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Siento mucho la espera pero en verdad no tenía la inspiración suficiente como para escribir algo bueno, y eso, simplemente espero que hayan disfrutado el capitulo J

Silencer. (UsUk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora