Capítulo 19

595 58 13
                                    


Cuando los delicados rayos del sol tocaron la pálida piel de los parpados de Arthur, este se despertó, lentamente, se restregó los ojos con sus manos antes de que la puerta de su habitación se abriera, miró para ver al intruso que entraba a su habitación, encontrándose sin más que con Alfred, este traía una bandeja en sus manos, lo que parecía ser un desayuno, Alfred se rió al mirar a su querido Arthur, tenía sus cabellos despeinados al igual que sus cejas, sus permanentes ojeras se notaban sobre su blanca piel, su expresión de pereza y poco animo le hacía mucha gracia, dejó la bandeja sobre la cómoda , caminaba hacia las cortinas y las abrió con fuerza.

- Es un hermoso día, no deberíamos desperdiciarlo aquí, así que vamos, levántate – Le dijo manteniendo un tono comprensivo en su voz

- No, no quiero – Dijo tapándose la cara con las sabanas y el edredón, su voz se había vuelto más grave gracias a que recién se despertaba, su respiración era tan tranquila y lenta, estaba tan tranquilo como un hombre muerto

- Por favor, te traje el desayuno, no sería una actitud caballerosa dejarme aquí esperando – Dijo intentando manipularle, Arthur se limitó a destapar su cara y mirar a Alfred con el ceño fruncido, no le gustaba que no le dejaran dormir, y ahora estaría insoportable todo el día. – Bueno – Dijo acomodándose en las sábanas – No quiero pasar el tiempo afuera, aquí estoy bien, además hay mucho sol afuera, no me gusta – Se quejó con tono poco optimista

- Por favor Arthur no seas mañoso – Le dijo con un poco más de seriedad

- "Por favor Arthur no seas mañoso – Le imitó burlescamente haciendo sonar su voz aún más aguda, intentado irritar a Alfred

- Yo ni si quiera sueno así – Dijo dejando la bandeja en su regazo cuidadosamente, en aquella bandeja habían un par de tostadas junto a una taza de té, perfectamente preparada y un vaso de jugo de naranja.

- ¿Por qué me trajiste tantos líquidos?, con el té hubiese estado bien – Dijo desviando la mirada – Pero bueno, te tomaste la molestia de traerme esto.

- Arthur Kirkland, tan orgulloso de sí mismo – Murmuró riéndose de la actitud de su amado, se sentó a sus pies, junto a él mientras le miraba comer

- ¿Podrías dejarme comer en paz?, es incómodo comer cuando alguien te está mirando... - Murmuró tomando un sorbo de té

- Apresúrate, tenemos muchas cosas que hacer el día de hoy –

- ¿Tenemos?, eso me suena a plural, que yo sepa, no tengo NADA que hacer este día –

- Bueno, hoy saldremos a dar un paseo, quiero demostrarte que en verdad me gustas, y conquistarte – Le dijo con una sonrisa cariñosa

- ¿Por qué no simplemente te rindes y me dejas en paz?, ¿No has tenido suficiente? – Le dijo intentando hacerle cambiar su mente al respecto de volver a conquistarle, incluso diciendo esto, esperaba que su respuesta fuese que él quería en verdad estar con él.

- ¿Qué curioso, no?, tú fuiste el que me enseño a tener determinación y a nunca rendirme hasta conseguir lo que yo quisiera – le dijo con esa sonrisa que hacía a Arthur irritarse a niveles sobrenaturales.

- No te enseñé eso precisamente para ese motivo, esperaría que lo usaras para algo más productivo que molestarme a mí, no valgo nada, ¿Podrías explicarme entonces, por qué te fijaste en mí de todas las personas? –

- Siempre he pensado en ti, y no vacilo al decir esto, estoy enamorado de ti, eres lo único que quiero en este mundo, deberías aprender a quererte más a ti mismo –

Se quedó mirando a la ventana, no quería decirle que si a Alfred, cuando intentaba darle una oportunidad a Rusia, sabía sus intenciones, tenía claro que no quería estar con él porque le gustaba, si no, porque quería vengarse de Alfred, se lamentaba de sí mismo de ser parte de aquella farsa, donde ambos sabían que lo que aparentaban sentir no era verdad.

- vas a tener que demostrarme lo que sientes entonces, porque no pienso dejarte estar junto a mi sin darme cuenta de que has cambiado – Le dijo intentado retarle

- Acepto tu reto, y te prometo que antes de que puedas admitirlo, estarás enamorado de mí nuevamente –

- No te creas tanto, no te será trabajo fácil – respondió antes de tomar otro sorbo de su té

- Apúrate, tenemos nuestra cita, mientras tu comes yo escogeré la ropa que usaras – Dijo a modo de aviso antes de empezar a revisar su closet, mirando sus camisas, sweaters, abrigos y toda su ropa, al fin pudo encontrar lo que estaba buscando, tomo una camisa blanca que no solía vestir mucho, pues era su favorita, tomó del mismo closet un chaleco con mangas de color café claro. – Esto te queda bien y te ves más joven –

- ¿Debería tomarme eso como un halago? – Dijo ofendido a medias, ya había terminado de beber su té, tomó la bandeja y la dejó sobre la cómoda que estaba junto a su cama, no tenía mucha hambre así que prefirió dejar las cosas ahí.

- Bueno, sí, siempre he pensado que te ves más como un adolecente, no tienes pinta de adulto – Le dijo honestamente mientras se ponía a buscar en el cajón donde tenía guardados sus pantalones, Arthur simplemente le dejaba revisar las cosas, pues no le molestaba del todo.

- Honestamente tu tampoco te ves como un adulto, más bien pareces un niño, siempre lo has sido – había hecho aquel comentario con la intención de molestarle.

- De todas formas, cualquiera que te conozca parece un niño junto a ti, eres muy amargado –

- Que sea maduro, no es lo mismo a ser viejo, simplemente soy realista, TÚ eres el que aún es como...un feto –

Alfred se dio la vuelta, aún estaba intentado buscar un pantalón específico que tenía Arthur, tenía la parte de las piernas ajustadas, lo que mostraba lo delgadas que eran las piernas de Arthur y lo miró seriamente, para luego reírse fuertemente.

- Esta bien, ahora cámbiate – Dijo tirándole la ropa, Arthur la atrapó y ambos se quedaron mirando al otro por minutos.

- ¿Podrías salir por favor? –

uv~\Zح

Silencer. (UsUk)Onde histórias criam vida. Descubra agora