Capítulo 2

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—Tom, no sé cómo se te ha podido ocurrir hacer algo así —protestó Melody, mirando a su mellizo con desaprobación.

Ambos se encontraban hablando en la sala, antes de la comida. Thomas estaba con ellos. Tom les había contado algo, a lo que Thomas había mostrado su aprobación, pero Melody había hecho todo lo contrario. Había expresado abiertamente su disconformidad, aunque a su hermano no parecía importarle demasiado.

—Mel...

—¿Harías algo así con Orión y Eira, por ejemplo? Son jóvenes aún, Tom, no está preparado...

—Melody, no insistas más. La decisión está tomada, y el chico tendrá que hacer lo que se le ha ordenado.

Eira había estado a punto de entrar en la sala para avisar de que la comida estaba lista, pero había comenzado a oír aquella conversación y se había detenido para escuchar. Nunca le contaban nada acerca de los planes de su tío, pero sus padres siempre estaban al tanto de todo lo que había ocurrido y ocurriría.

—No lo logrará —protestó Melody—. Y lo sabes. ¡Ni siquiera tú lo has conseguido aún!

Aquellas palabras debieron de molestar a Tom, quien no dijo nada durante unos segundos. Pero, cuando habló de nuevo, lo hizo con voz calmada. Casi nunca perdía los nervios delante de su hermana.

—Pues deberá intentarlo al máximo... porque no seré piadoso.

Eira escogió aquel momento para entrar en la sala, siendo entonces el blanco de las miradas de los tres adultos allí presentes. En aquella ocasión, al menos, no se habían dado cuenta de que había estado escuchando una pequeña parte de la conversación.

Los tres adultos se levantaron para dirigirse al comedor, donde la mesa estaba ya preparada. Orión los esperaba junto a ella, sin sentarse. Los cinco tomaron asiento al mismo tiempo alrededor de la mesa. Como el verano anterior, también aquel verano Melody y Thomas invitaban a Voldemort cada día a comer a su casa, y él aceptaba la invitación cada día que tenía tiempo suficiente.

—Puede que venga Luke esta tarde a recogerme —comentó Eira, dirigiéndose especialmente a sus padres.

—¿Esta tarde? —le preguntó su tío, interesado de pronto.

—Sí —respondió la joven—. Habíamos pensado en jugar al quidditch e ir a tomar algo. ¿Ocurre algo?

Voldemort negó con la cabeza, restándole importancia al asunto.

—Iba a enviarlo a hacer un trabajo esta tarde, pero enviaré a otro en su lugar.

Eira se sorprendió al escuchar aquello. Estaba segura de que no sería un trabajo demasiado importante, si estaba dispuesto a enviar a otra persona, pero no había esperado que su tío cambiase sus planes por ella.

—Gracias —murmuró.

—Me gusta ese chico —comentó Thomas—. Viene de una familia decente, es inteligente...

—Más inteligente que su hermano —apuntó Orión—. Y mejor mago, además. Luke tiene los pies en la tierra, y me atrevería a decir que es uno de los mortífagos que más sentido común tienen.

Thomas sonrió al escuchar aquellas palabras acerca del novio de su hija. Nunca había dicho nada, pero Eira sabía que había estado preocupado ante la posibilidad de que saliese con alguien como Harry. Se horrorizaría si algún día llegaba a saber que se habían besado.

—¡Orión! —exclamó Eira—. Deja de hablar tanto de mi novio. ¿Tú no tienes nada que contar?

El chico mantenía sus relaciones con total discreción, aunque Eira estaba segura de que había estado con una o varias brujas sin que nadie hubiese podido tener pruebas de ello o saber de quién o quiénes se había tratado.

Eira y el misterio del príncipe ✔️Where stories live. Discover now