Capítulo 14

162 18 1
                                    

Harry estaba obsesionado con saber qué hacía Malfoy, y le había preguntado a Eira al respecto, pero ella se había negado a estar continuamente intentando saber qué era lo que el rubio se traía entre manos.

—No voy a espiarlo, Harry —le había dicho.

Pero el Gryffindor estaba convencido de que tramaba algo grande. Buscó en el Mapa del Merodeador, centrándose en ello más que en ninguna otra cosa. En aquel mapa, Harry podía ver dónde se encontraba cada una de las personas que estaban en Hogwarts. Pero el nombre de Draco desaparecía con frecuencia del mapa.

—Es imposible que Draco esté saliendo del castillo —le hizo ver Eira—. Lo sabes tan bien como yo.

—De acuerdo, pero entonces, ¿dónde está?

Eira no tenía una respuesta para aquello. No sabía dónde podía estar Draco tanto tiempo, pero tampoco ella pensaba que estuviese haciendo nada bueno.

Gryffindor jugó contra Hufflepuff en quidditch. Tenían un nuevo guardián, porque Ron aún estaba en la enfermería, pero no salió según lo esperado. El nuevo guardián creía ser el capitán, por lo que Harry tuvo que llamarle la atención varias veces. Y, en una de aquellas ocasiones, una bludger le golpeó en la cabeza. Harry fue inmediatamente llevado a la enfermería, y el equipo de Gryffindor perdió estrepitosamente el partido.

—Vaya equipo tiene Gryffindor este año —comentó Orión—. Deberías haber jugado en el equipo de nuestra casa, Eira. No tendríamos ningún problema para conseguir la copa.

—No, no me apetecía jugar este año.

Eira fue a ver a Harry a la enfermería aquella misma tarde, para asegurarse de que se encontraba bien y hacerle compañía.

—Ese guardián nuevo... no me gusta nada —comentó la joven—. ¡Mira lo que ha ocurrido por su culpa! Si se hubiese limitado a detener la quaffle...

Harry sonreía cuando la escuchaba quejarse del nuevo guardián, pues también él estaba molesto por lo sucedido y por lo mal que había salido el partido de quidditch aquel día.

—He enviado a Dobby y a Kreacher a seguir a Draco —informó Harry, emocionado por haber tenido una idea semejante.

Eira tuvo que admitir que aquella había sido una buena idea. Seguramente, los dos elfos domésticos lograsen descubrir a dónde iba el rubio cuando Harry no lo encontraba en el mapa.

—Me parece una gran idea —comentó—. ¿Me contarás lo que descubran?

—Por supuesto —se apresuró a decir Harry—. Por cierto... ¿sigues con Luke?

—Sí. ¿Por qué?

—Como ya no está en Hogwarts y quería ser mortífago, pensé que podíais haber terminado...

—No, seguimos juntos. Además, no veo por qué debería importarte. El año pasado, cuando nos besamos, dijiste que había sido un error.

—No era mi intención...

—Déjalo, Harry, ya está superado... pero espero que no beses a otra chica si después te arrepentirás de haberlo hecho.

Harry no supo qué responder a aquello, o tal vez no tuvo tiempo de hacerlo, porque Eira se apresuró a levantarse y salir de la enfermería, dejándolo solo. No estaba dispuesta a escuchar excusas por parte del mago.

Eira era buena en Aparición, y junto con Orión, se presentaría al primer examen, en abril. Por tanto, habían comenzado a ir a Hogsmeade para aparecerse allí. Los dos primos lo hacían tan bien que habían podido saltarse varias clases, dado que ningún profesor dudaba de que fuesen a aprobar ambos el examen.

Eira y el misterio del príncipe ✔️Where stories live. Discover now