Capítulo 17

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Cuando Eira y Orión llegaron al vestíbulo, aquello era un auténtico caos. Miembros de la Orden del Fénix y del Ejército de Dumbledore luchaban contra varios mortífagos. Eira quedó paralizada durante un momento, viendo cómo Bellatrix lanzaba maldiciones a diestro y siniestro, y tratando de localizar a sus conocidos.

Vio a Neville en el suelo. No estaba muerto, pero había recibido el impacto de algún hechizo.

Vio con horror que Fenrir Greyback, el cruel hombre lobo, estaba allí, y logró ver cómo Snape parecía huir, llevándose consigo a Draco.

Ron se encontraba cerca de McGonagall y Lupin, pero estaba teniendo problemas con el mortífago al que se estaba enfrentando.

—¡Desmaius! —gritó Eira, corriendo hacia su amigo.

El mortífago cayó al suelo, y Ron se vio, por un momento, libre de peligro. Pero la tranquilidad no duró demasiado, pues había otros mortífagos dispuestos a atacar. La lucha no había terminado todavía.

Algunos mortífagos se dirigieron a Orión, que se mantenía inmóvil, observando lo que ocurría sin dar crédito a lo que estaba viendo. Pero corrió inmediatamente hacia Eira cuando la vio salir corriendo detrás de Harry, que a su vez perseguía a Draco y a Snape.

—¡Eira, no te metas en más problemas! —le gritó—. ¡Marchémonos!

La joven negó con la cabeza y continuó corriendo. No quería marchare. Quería, o necesitaba, saber lo que estaba ocurriendo, lo que había sucedido. ¿Por qué huía Draco? ¿Qué podía haber hecho para necesitar salir corriendo del colegio, junto a Snape?

Harry se entretuvo unos segundos hablando con varios alumnos que se habían despertado, y Eira le dio alcance.

—¡Harry! ¿Dónde has estado? ¿Qué ha ocurrido?

—He estado con Dumbledore... ¡Snape le ha atacado!

Eira no sabía qué había ocurrido, ni por qué el profesor de Pociones había atacado al director. Al contrario de lo que Harry pensaba, ella dudaba de que la lealtad de Snape estuviese con Voldemort y, aunque así fuese, no lo creía capaz de atacar a Dumbledore directamente.

Ambos corrieron más, hasta que salieron del colegio tras Draco y Snape. Orión los seguía, sin saber tampoco qué era lo que estaba sucediendo.

Hagrid salió en aquel momento de su cabaña, intentando detener a Draco y Snape, a quienes otro mortífago se había unido. En aquel momento, Eira vio un rayo de luz que se dirigía directamente hacia ella, pero escuchó al mismo tiempo un grito de su primo, y cayó al suelo, por lo que el rayo verde pasó sobre ella, sin darle.

—¡A ella no! —gritó Orión, furioso.

El mortífago que había lanzado lo que parecía ser una maldición asesina asintió y continuó corriendo, lanzando maldiciones a Hagrid, a quien no le afectaban gracias a su parte gigante. Mientras tanto, Snape y Draco continuaban corriendo hacia la salida del colegio, por lo que pronto podrían desaparecerse. Eira corría por detrás de Harry, quien comenzó a lanzar hechizos contra Snape para intentar detener su huida.

Eira vio cómo Harry atacaba sin éxito a Snape, y este lograba tirarlo al suelo. Después, Harry trató de lanzarle la maldición cruciatus, pero no fue difícil para Snape rechazarla.

—¡Impedimenta! —gritó Eira, pero el profesor también rechazó su ataque.

Mientras tanto, alguien había prendido fuego a la cabaña de Hagrid, que estaba ardiendo.

—¿Pretendes echarme una maldición imperdonable, Potter? —gritó Snape—. No tienes ni el valor ni la habilidad...

—¡Incárc...! —probó Harry, pero Snape desvió el hechizo con facilidad—. ¡Defiéndase! ¡Defiéndase, cobarde de...!

Eira y el misterio del príncipe ✔️Onde histórias criam vida. Descubra agora