La camioneta seguía en movimiento, después de que Zyra se quejara de lo lento que conducía Leydan, este se enojó un poco al tiempo que aumentaba la velocidad.Llevábamos aproximadamente una hora y media en carretera, la tormenta aquí era casi una leve lluvia. Pero lo que me preocupaba ya no era la tormenta, era lo rápido que estaba conduciendo Leydan, ya estaba anocheciendo, no había más coches en el camino, aún así podía sentir mi cuerpo completamente pegado al asiento.
Jaden me miró, no entendí la razón hasta que bajé la mirada a mis manos y estaba aferrada al asiento.
Él soltó una leve risa y señaló el cinturón de seguridad, me di cuenta que yo no lo tenía puesto.
Lo tomé e hice un inútil intento por ponérmelo, Jaden se rió y se desabrochó el suyo, se levantó con cuidado y se puso en cuclillas frente a mí, tomó el cinturón, lo pasó alrededor de mí y lo presionó abrochándolo en un movimiento tan práctico que me sentí completamente inútil.
Deslicé mis ojos hasta los de él, sus ojos azul claro se encontraban mirándome fijamente, pero no parecía que me estuviera observando a mí, como si su mente estuviera en otro lugar mientras me veía. Caí en cuenta de lo cerca que estábamos, incluso podía oler su perfume cítrico, se relamió los labios y no pude evitar poner mi vista en ellos.
Un segundo después, mi cuerpo sintió un fuerte jalón impedido por el cinturón de seguridad, Jaden cayó hacia atrás golpeando su espalda con el respaldo del asiento delantero.
La camioneta había frenado de golpe.
—Perdón, un gato se atravesó en el camino —Leydan se disculpó con una amplia sonrisa.
Todos parecían molestos mientras se reacomodaban en sus asientos, todos tenían su cinturón por lo que nadie —exceptuando a Jaden— salió volando.
—Aquí no hay gatos, imbécil —Zyra masculló molesto.
—Pues ve e infórmaselo al gato, tal vez él no esté enterado —respondió Leydan con sarcasmo, después volvió a poner en marcha la camioneta.
Zyra rodó los ojos.
Jaden se puso de pie y volvió a su asiento, no parecía molesto como los demás, su rostro no expresaba ninguna emoción.
Lo observé.
—¿Estás bien? —pregunté.
Él solo asintió, y no volvió a dirigirme la palabra en el resto del camino.
Bien, agregado a mi lista de personas que no entiendo, Jaden queda en el puesto dos, justo debajo de Leydan.
En menos de una hora estábamos en la feria.
—¿Es buen momento para decir que los juegos mecánicos me hacen vomitar? —Zyra preguntó a nuestras espaldas, con un tono de diversión y pena. Acabábamos de bajar de la camioneta.
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Los Winsclerk
Romance**Primer libro de la trilogía "Secretos"** El amor puede presentarse en formas y momentos distintos para cada persona. A Leydan se le presentó a los trece años, él... Bueno, él la empujó a un charco de lodo. Y por otro lado, a Katherine se le prese...